Wednesday, 27 July 2011

¿Porqué?

Existe el cansacio físico y mental resultado de un largo día de trabajo. El resultado es muy distinto si se ha trabajado, por ejemplo, en una oficina en donde no se quiere estar o en una actividad que es un placer realizar en lugar de un esfuerzo. Está el cansancio de caminar bajo el sol de mediodía, de manejar en la carretera, de tratar con gente imposible, de hacer ejercicio.
Me encuentro con uno nuevo que me deja a la vez feliz y exhausto. Este agotamiento empieza muy temprano en la mañana con la misma pregunta que mi hija de casi tres años formula: ¿porqué?
Pacientemente explico cada uno de sus cuestionamientos lo mejor que puedo, elaborando más entre más temprano es, poco a poco dando menos detalles mientras el día corre. Es un proceso muy esclarecedor que me permite cuestionarme cosas que doy por hecho y que me permite sonreir de cosas que hacemos los humanos todo el tiempo y para los cuales, la verdad, no existe explicación lógica.
Ya para después de la cena la curiosa mente de mi pequeña sigue preguntando incansable mientras mi cerebro comparte la energía restante entre la digestión, el relajarme después del trabajo y los pendientes del día, platicar con mi amada esposa y seguir contestando cada vez con menos análisis el porque los grillos son verdes. Cuando no hay cabida para la lógica, está el humor y el absurdo que procuran cierta levedad a diferencia de los rígidos pensamientos que consideramos irrefutables. Después de un día de largos porqués y razones y algunos no sé, espero haber aclarado un poco, con gracia y talento, los cuestionamientos de mi querida hija en este mundo tan nuevo e indescifrable y dormir un sueño juguetón y curioso, libre de preconcepciones; fresco.


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Saturday, 16 July 2011

Sesión de terapia con Lucy

Estoy aprendiendo a ver las caricaturas de Charlie Brown bajo otra perspectiva. Verán, se las he mostrado a mi hija de dos años y realmente le cae bien Snoopy, y no le molesta en lo absoluto Charlie Brown, a mi este último me incomodaba mucho de pequeño porque no podía evitar identificarme con él. Charlie Brown era todo lo opuesto a lo que quería ser. Su inseguridad, mala fortuna, pero ahora lo entiendo más, no es mal tipo Charlie Brown, de hecho acepta lo que es y es optimista a pesar de todo. Ahora puedo ver a los peanuts sin tener que ser Charlie, Snoopy, Shroeder o Linus.



Imagen Charles M. Schulz copyright.

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