Thursday 25 March 2010

Desfasado en vampiros


No es solo la edad sino cuestión de gustos que no me interese en absoluto saber sobre The Twilight Saga. Ser papá me ha alejado del cine. Apenas ayer pensaba -no ha habido muy buenas películas este año- pero creo que lo que sucede es que no me he enterado. Asi es como los papás de décadas pasadas se resagaron en el uso de la videocasetera o jugaban videojuegos con habilidad de cinco pulgares, ya no se que sucede en el cine.
Platicando en el trabajo, escuchaba a unas compañeras platicar sobre The Twilight Saga muy emocionadas, y yo sin saber de que hablaban. De regreso al escritorio en un rato googlie para enterarme y que flojera me dio. No tengo idea si los libros valdrán la pena, las películas parecen completamente para adolescentes. Y si hubo un tiempo en que las historias de vampiros adolescentes me emocionaron ahora solo me hacen bostezar. Cuando salió apenas The Lost Boys, me pareció genial y la secuencia inicial con el People are Strange de The Doors prometía mucho, hasta la segunda mitad del filme y los insufribles coreys.
Near Dark de Katherine Bigelow me parece aún maravillosa, hay un aire renegado en los vampiros, estos siguen siendo oscuros y ojetes. Prefiero esa idea de los vampiros a la estrilización y glamour amanerados.
El vampiro que da escalofrios es el Nosferatu de Murnau o hasta el vampiro que encarnaba Germán Robles. No querrias tener que enfrentarte y enterrarle una estaca en el corazón para sobrevivir al Drácula-Gary Oldman de Coppola.
Preferiría ver en el cine a un vampiro mas que en un dilema adolescente a la Spiderman, se enfrente sin remordimientos a saciar sus necesidades. Parásito sin redención alguna que succione de la victima la vida (como político), que deje vivas a algunas unicamente para hacerlas esclavas, que viva en las sombras entre ratas. En una especie de venganza y que no haya otra alternativa que pelearle con más que ajos, crucifijos o estacas para salvar el alma.

Saturday 13 March 2010

Lapsus

Ultimamente la gramática no se me da. Tampoco puedo recordar palabras, como cuando le estás contando a alguien de la película que acabas de ver anoche y no puedes recordar ni el título ni los nombres de los actores o director. Es más, me he encontrado en conversaciones en donde a media historia me quedo en silencio y ya no puedo recordar ni que estaba diciendo. Serán todas las neuronas que se han ido, pero no creo. En parte por eso hacia ya tiempo que no escribía. No me preocupa, de hecho es un descanso no esforzarme en memorizar nada, porque de todas formas en el momento menos pensado se va a ir.
Voy a empezar a leer el 2666 de Bolaño, quiero estar bien acomodado en un sillón y que haya silencio, ir leyendo despacio y si se me olvida lo que leí a la vuelta de la página, no importa. Tengo 1128 de ellas.