Friday 29 February 2008

André Breton

Toujours pour la première fois
C’est à peine si je te connais de vue
Tu rentres à telle heure de la nuit dans une maison oblique à ma fenêtre
Maison tout imaginaire
C’est là que d’une seconde à l’autre
Dans le noir intact
Je m’attends à ce que se produise une fois de plus la déchirure fascinante
La déchirure unique
De la façade et se mon cœur
Plus je m’approche de toi
En réalité
Plue la clé chante à la porte de la chambre inconnue
Où tu m’apparais seule
Tu es d’abord tout entière fondue dans le brillant
L’angle fugitif d’un rideau
C’est un champ de jasmin que j’ai contemplé à l’aube sur une route des environs de Grasse
Avec ses cueilleuses en diagonale
Derrière elles l’aile sombre tombante des plants dégarnis
Devant elles l’équerre de l’éblouissant
Le rideau invisiblement soulevé
Rentrent en tumulte toutes les fleurs
C’est toi aux prises avec cette heure trop longue jamais assez trouble jusqu’au sommeil
Toi comme si tu pouvais être
La même à cela près que je ne te rencontrerai peut-être jamais
Tu fais semblant de ne pas savoir que je t’observe
Merveilleusement je ne suis plus sûr que tu le sais
Ton désœuvrement m’emplit lex yeux de larmes
Une nuée d’interprétations entoure chacun de tes gestes
C’est une chasse à la miellée
Il y a des rocking-chairs sur un pont il y a des branchages qui risquent de t’égratingner dans la forét
Il y a dans une vitrine run Notre-Dame-de-Lorette
Deux belles jambes croisées prises dans de hauts bas
Qui sévasent au centre d’un grand trèfle blanc
Il y a une échelle de soie déroulée sur le lierre
Il y a
Qu’à me pencher sue le précipice et de ton absence
J’ai trouvé le secret
De t’aimer
Toujours pour le première fois



Fountain by Marcel Duchamp, 1917, photographed by Alfred Stieglitz at his 291 gallery after the 1917 Society of Independent Artists exhibit.

La política del miedo

In an age when all the grand ideas have lost credibility, fear of a phantom enemy is all the politicians have left to mantain their power.

Adam Curtis, escritor y productor de la serie de documentales The Power of Nightmares: The Rise of the Politics of Fear. BBC2.

Thursday 28 February 2008

La palabra misteriosa de hoy...

Enculerizar.- Dícese de la acción de enfadar a alguien a tal grado que se provoca en este una reacción violenta e incluso cruel en respuesta.

Ejemplo:

Una resentida turba de hinchas del seleccionado nacional se enculerizo tanto como resultado de la mediocre actuación de su escuadra que promete nunca más apoyarlos y en cambio celebrar cada gol que les anoten con un chiquitibum.

Wednesday 27 February 2008

Bigotes extraterrestres

Idea para el guión de una película:
Es el año 2012 esta todo a punto de irse al carajo. Un sociólogo de una Universidad gringa (concesiones, ni modo) toma su año sabático en México, haciendo una exhaustiva investigación sobre el porqué del extendido uso del bigote en estas tierras. Su investigación lo lleva a los mas recónditos lugares de la república, entrevistando gente de todos tipos. En determinado momento en su investigación se da cuenta de ciertos rasgos característicos de los portadores del mostacho. En un sueño inducido por el mezcal de pechuga que se refina una noche en Oaxaca tiene la revelación de que el nefasto gobernador de la entidad esta poseído por un ente extraterrestre que domina su voluntad y que proviene de un planeta lejano y ojete. Las pistas su investigación lo llevan a lugares insospechados y a personajes que informados por el gran bigote saben de sus revelaciones. Así, llega a la conclusión de que los bigotes no son nada más que entes interplanetarios que buscan la dominación total de planeta. Posándose sobre el labio superior una noche en que la víctima profundamente inconsciente, así tipo Body snatchers, no sospecha el porque al día siguiente lo llevara a defender con todo su curva de pelos.
El plan maestro de dominación tiene como objetivo primero; la infiltración. Que mejor lugar que México donde una nube de machismo y homosexualidad reprimida permea el ambiente sin crear sospechas.
Su comportamiento paranoico inducido por el etílico no ayuda en nada en hacer creíble su teoría en los ámbitos del derecho internacional por considerarse tan sólo delirios.
Durante ese inter, se vuelven a poner de moda retro los bigotes bien cañón, tipo setentas, el estereotipo Reynolds, Selleck jala más que nunca. Sin sospechar los inocentes portadores que están unicamente siendo utilizados.
En un intento por lograr supremacía de un sólo golpe el congreso mexicano, conformado por posesos portadores autorizan una ley en donde se prohibe el NO uso del bigote en lugares públicos, por votación unánime. Los lampiños quedan resagados a las areas de los no peludos en los bares, cines y restaurantes.
La tendencia crece exponencialmente, desde Nueva York a Tokio, las mujeres del Este de Europa se ponen de super moda.
Nuestro héroe (lampiño por supuesto) no duerme y un día llega a la conclusión de que el jefe supremo o gran bigote se encuentra posado sobre el labio superior de un expresidente. Sus esfuerzos son inutiles hasta que con esfuerzos sobrehumanos llega a unos pasos de Salinas (pues quien creían) y de inmediato es apañado por segurida.
Nuestro protagonista logra escapar y recibe un mensaje de otra dimensión inducido por un tequila Los Valientes que compra por módicos 75 pesos en un Oxo. El mensaje es claro, así como hay un planeta de bigotes culeros, existe un planeta de bigotes benéficos que en su consejo para salvar la tierra cuenta con Zapata, Villa, Dalí y creo que hasta Nieztche.
Así al día siguiente inesperadamente bigotón de aguacero sale a las calles a decirle a la buena gente bigotona el maquiavélico proceso de dominación. En medio de un desfile de consumación de la conquista sobre Reforma se aparecen el Santo, Blue Demon y el Mil Máscaras con sendos lanzallamas a salvar la situación... ehm, no espérenme, de hecho es una bella y joven becada de una universidad europea (otra concesión, chin) que es científico molecular descubre que el Oko en aerosol no lo soportan los endemoniados entes, eso sí, directo a la cara. Así, con un pequeño grupo de aliados representativos de las minorias y bastante cómico se dedican a la producción en masa y con la ayuda del Santo y el Mil Máscaras (el Blue Demon se raja, tenía bozo!) se dedican a erradicar tan terrible peste del planeta, quedan los bigotes inermes sobre la tierra como babosos rociados de sal; retorciéndose.
Al final todo es felicidad, la liberación se ha llevado a cabo y los planes malévolos de dominación planetaria han fallado. Nuestro héroe y nuestra heroína ven la conclusión y la fiesta estilo ewok desde la cumbre del Tepozteco. Aparecen los créditos con la canción La Ladrona de Diego Verdaguer, con sus bigos saltando en primer plano.
FIN

Tuesday 26 February 2008

Post de navegaciones

Quería escribir algo sobre Pemex y los eufemismos insultantes que para justificar la desincorporación se dicen desde lo alto, pero dificilmente podría escribir algo tan brutal y fiel como lo que escribe Pedro Miguel en el post de Navegaciones del día de ayer, 25 de Febrero; Vendan Pemex.

Sobre lo cool

La mejor definición de lo cool y lo no cool por Los Simpsons del capítulo Homerpalooza:

Homer: So, I realized that being with my family is more important
than being cool.
Bart: Dad, what you just said was powerfully uncool.
Homer: You know what the song says: "It's hip to be square".
Lisa: That song is so lame.
Homer: So lame that it's... cool?
Bart+Lisa: No.
Marge: Am I cool, kids?
Bart+Lisa: No.
Marge: Good. I'm glad. And that's what makes me cool, not caring,
right?
Bart+Lisa: No.
Marge: Well, how the hell do you be cool? I feel like we've tried
everything here.
Homer: Wait, Marge. Maybe if you're truly cool, you don't need to
be told you're cool.
Bart: Well, sure you do.
Lisa: How else would you know?

Nota de Adbusters

The Reconquest of Cool
From Adbusters #76, MAR-APR 2008
by Kalle

From its roots in Africa through to the youth cultures of the present day, cool has always been an attitude of resistance to subjugation, an expression of rebellion and a posture of defiance.

During the ’60s, in the midst of one of the biggest cultural revolutions of our time, corporations discovered that cool could be incredibly profitable. While young people spontaneously took to the streets and organized festivals and anti-war protests, corporations started raiding their counterculture for eye-catching signifiers and stylistic expressions to incorporate into their marketing campaigns.

Thus began a two-step dance of authentic cool and fake, commercialized cool. As Thomas Frank explains in his 1997 book, The Conquest of Cool, bit by bit cool “became central to the way capitalism understood itself and explained itself to the public.” In one of the most stunning cultural coups d’état ever, ad agency gurus figured out “how to construct cultural machines that transform alienation and despair into consent.”

Forty years after the corporate takeover of cool, we find ourselves again in an era of extraordinary cultural and political upheaval. Global warming has us running scared, an epidemic of mood disorders is eroding our confidence, and as the War on Terror morphs into an open-ended World War IV, we are feeling more insecure than ever.

Suddenly, people are waking up in droves from the dreamland of corporate cool. We’re realizing that ever since we were little babies crawling around the TV sets in our living rooms, we’ve been lied to, propagandized, and told incessantly, day after day, that we can find happiness through consumption. That’s why, like rats in a Skinner box, we’ve kept on pressing that BUY button – millions of us marching in lockstep, all dreaming the same consumerist dream.

Now the fog is lifting. We’re finally beginning to understand where this bogus cool has been leading us: not to happiness and prosperity as promised in the ads, but to cynicism, ecocide and a brutal, dog-eat-dog future.

This is the magic moment in which capitalist cool can stumble and authentic cool can start bubbling back up again. And after decades of wandering around the wilderness, we on the Left are finally realizing what that magic moment is all about. Clive Hamilton – author of Growth Fetish and Affluenza – nails it in his 2006 article, “What’s Left? The Death of Social Democracy,” when he writes, “The defining problem of modern industrial society is not injustice but alienation . . . the central task of progressive politics today is to achieve not equality, but liberation.”

Forget about treating the symptoms. Forget about the hedgemaze of identity politics. Break away from the glorious equality and social justice battles of the past. Instead, liberate yourself from the capitalist mindfuck. Learn to live without dead time. Start generating authentic cool from the bottom up again. The rest will follow.

Monday 25 February 2008

The Charlatans

El nuevo album de The Charlatans estará listo para bajarse en línea por el módico precio de ¡absolutamente nada! desde el 3 de Marzo en el sitio de Xfm. El primer sencillo se puede bajar desde hace ya algunos meses; You cross my path que si bien no se compara a un Beautiful friend o Blackened blue eyes si tiene unos buenos rasgueos de guitarra y un intento honesto de mantener un estilo sin sonar anquilosado, una letra buena y una energía no mostrado en las recientes grabaciones. Y gratis, digo, gracias.
Los primeros cuatro versos bien dicen:

I don't think you quite know who I am
I am the son of loyalty I hope you understand
I don't think you quite know who I am Oh
I am the sum of everything I don't want you to understand

El nuevo sencillo Oh Vanity está disponible desde hoy. Aquí.

Plan napolitano

Los planes se van construyendo mentalmente como quien va poniendo un ladrillo sobre otro. En la cabeza se puede llegar a construir edificios. ¿Qué pasa cuando se quiere edificar y no hay material o espacio? cuando la cabeza no parece el mejor terreno y sería mejor conseguirse una parcela disponible en el corazón. Lo único que se me ocurre, al no tener un plano o mapa es contruir con lo que se encuentra a la mano y edificar no para lograr algo sino por el gusto mismo de crear.
Propongo llover un poco sobre el papel en forma práctica, es decir, no perdiendo de vista los recursos.

Saturday 23 February 2008

Internet en la tele

La BBC tiene algunos muy buenos programas y documentales, sin embargo, en cuanto a entretenimiento de masas, de televisión para no pensar, que tiene su función social, se las gasta igual que cualquier otra gran conglomerado de comunicaciones, mismas estrategias. Ya Big Brother ya no convoca como antes, los programas de crear estrellas han pasado también, la programación para el entretenimiento express esta agotada. Tan anacrónica la televisión que tiene que recurrir al internet para buscar convocar a los miles de freaks sedientos por sus quince (ni siquiera tanto, unos tres) minutos de fama.
Lily Allen tiene un programa, ya que ella según esto fue descubierta por su sitio de Myspace y posee gran cantidad de amigos en línea, ¿porqué no explotarlo? El programa completo esta basado en las confesiones, entre mas impactantes mejor, de los miles de donadies que se exponen a nivel nacional diciendo como dieron un blowjob por dinero o algo por el estilo a lo que el demás auditorio de amigos de Lily aplauden como idiotas, algún grupo invitado y bastante pena ajena. Como bien sabemos Lily Allen no es Amy Winehouse.
En el clásico programa vespertino para señoras en casa Richard & Judy; existe una sección dedicada a los videos más chuscos... de internet. Por lo que en la pantalla apreciamos el video de Youtube tal cual corriendo en al monitor de una computadora, me parece que si quisiera ver videos en internet lo haría en lugar de prender la tele. Carajo, tantos años de desarrollo, experiencia, nuevas posibilidades técnicas para salir dandole zoom al monitor de un ordenador, joder! En fin cero originalidad en un medio que es extremadamente sobrevaluado y que puede dar tanto si hay talento y creatividad. Lo bueno que queda la alternativa de poderle cambiar o apagar.

Friday 22 February 2008

Doble moral


La ley anti-tabaco que se acaba de imponer en México lleva ya varios meses en funcionamiento en Inglaterra y Francia. Irlanda, Italia y España con anterioridad. Que diría Charles de Gaulle, que pensaría Brigitte Bardot, que contestaría Jean-Paul Sartre al decirle en el Cafe de Flore; aquí nomás no puede encender su Gallouise Monsieur. No voy a entrar en detalles de lo dañino que puede ser el tabaco y del derecho a respirar aire puro de las personas, porque si a perjudicial vamos tenemos la televisión, la política y otras muchas clases de porquería socialmente aceptada que afecta igual, pero cada quien es libre de hacer de su vida lo que quiera, yo ya no voy a ahondar más porque no tiene caso.
Lo preocupante es el rezago a que se hacen acreedores los fumadores, cual leprosos o apestados. Que hay de los dueños de dos o tres autos o de camionetas cuatro x cuatro, seguro contaminan más y afectan a sus hijos y al planeta en mayor proporción. Muchos dirán frotándose las manos, "que bueno que se los prohíban, que se chinguen, no soporto el humo de cigarro", sí pero esto es un principio, el mal de la intolerencia divide y afecta a todos, un mal día te pueden prohibir el escuchar cierta música, el decir palabrotas, el externar tu opinión, el defender lo que te hace humano.
Lo puedo entender en un restaurant, ¿pero en un pub? La atmósfera tenía su encanto los viernes después del trabajo entre nubes de cigarro. Ahora sin el olor a humo que servía de aromatizante se puede apreciar el verdadero aroma de estos antros que es un intenso olor a miados. Si vas al pub vas a tomar y socializar, si no quieres intoxicarte mejor elige otra parte en donde tu espacio de aire se mantenga incontaminado, lógico. Ahora si quieres fumar y el pub no tiene un jardín o un patio con calefacción tienes que salir a la calle y congelarte el culo fumando a la intemperie y soplarle el humo en la cara a los transeuntes que van pasando todo para no enfadar a los de adentro que se están empedando pero no quieren oler a humo de cigarro(?). Un café como bien lo sabe Jim Jarmush sabe mejor acompañado de un buen tabaco. Pero como dice el buen Giulio Palombo en el exterior del club o del bar, cuando te da el aire en la cara y se te sube más lo que has tomado es en donde encuentras la plática más interesante por complicidad.
El prohibir algo no disminuye su uso eso lo sabe todo el mundo. Muera la hipocresía, bienvenida la ilegalidad.

Thursday 21 February 2008

NightWatch / DayWatch



Si pensamos en el clásico cine ruso seguramente lo relacionaremos con filmes lentos y contemplativos como aquellos de Tarkovsky.
Lo que el director y escritor Timur Bekmambetov lleva a cabo con NightWatch y su secuela es añadir impresionantes efectos estilo Hollywood, ritmo y edición dinámicos, beats desenfrenados y mezclarlos con el sentido ruso de la narración y los personajes torturados.
Los filmes estan basados a su vez en las super exitosas novelas de Sergei Lukyanenko, una trilogía literaria que relata la tensión y batalla constante entre la luz y las tinieblas. Si el planteamiento es de entrada muy simplista al hacer una disección entre el bien y el mal tan definitiva, sirve para imbuir de mitología arquetípica a los personajes. Anton el protagonista forma parte del NightWatch o de los vigilantes nocturnos que son seres pertenecientes a la luz que vigilan a los entes de la oscuridad en su entorno. Existe una delicada tregua entre ambos bandos y el proceso de custodiarse mutuamente es lo único que consigue que persista cierto balance en el universo al evitar una confrontación mayor alguna.
Los hechos que llevan a Anton a formar parte de estos vigilantes es muy personal y la culpa y la amargura tipo Raskolnikov lo llevan a ser un tipo autodestructivo y ambivalente y gracias a ello efectivo en sus funciones. Las novelas y los filmes estan plagados de vampiros, brujería, transformaciones a un nivel macabro y obscuro, como un Harry Potter ojete y con fondo de Rage Against The Machine. Lukyanenko, que es o fue psicoanalista dota a cada personaje con dilemas morales y complejidades mucho menos chabacanos de aquellos pertenecientes a la obra de J.K. Rowling, la magia proviene de fuentes internas, psicologicas y misteriosas y menos varita mágica y escoba voladora, aunque hay algo de ello también. Existen distintos niveles de realidad, la magia y brujería se presentan crudas y cotidianas, como la amistad de Anton con su vecino el vampiro joven de las fuerzas oscuras que lo mismo lo ayuda que lo traiciona. Cotidianas pero espectaculares en sus efectos y sus alcanzes.
Resulta fácil adivinar que Hollywood está muy interesado en hacer remakes de estas historias que han roto records de audiencia en Rusia, el inevitable remake hollywoodesco protagonizado con suerte por Clive Owen. Precisamante, lo que vuelve a NightWatch y DayWatch (que lleva el nombre del segundo libro pero es una historia no filmada perteneciente al primero) relevantes es el estilo ruso de narrarlo, la visión de Bekbambetov, el set helado y oscuro de Moscú, perfecto para el Armagedon, los actores desconocidos (aunque sólo lo sean fuera de Rusia) y el sonido del ruso que remite además a las lenguas de los paises de los Balcanes y que tal vez sea por pura asociación mental con Transilvania pero que resulta la lengua ideal para escuchar a vampiros, brujas y demonios pelear y discutir con sus contrapartes de la luz.

Wednesday 20 February 2008

Bandini, Chinasky, Mineo

Jugaban a que el fondo de las botellas
eran lentes de aumento
para enfocar mejor
el movimiento de las letras

Eran Dean Moriarty, Bandini y
Henry Chinasky
que escribían la historia
de dos personajes
que se llamaban
James Dean y Sal Mineo

El resultado sería un guión
de la versión salvaje y renovada
del rebelde sin una causa
más tarde una producción
filmada enteramente
en el limbo de los canallas
por dos grandes directores muertos
y transmitida en frecuencia pirata
un domingo en horario estelar
mientras las familias del mundo
se reunen alrededor de las pantallas.

Tuesday 19 February 2008

José Gorostiza

Pausas (fragmentos)

I

¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento.
Ya sólo de pensar
en él, tan mío,
tiene un sabor de sal mi pensamiento.

II

No canta el grillo. Ritma
la música
de una estrella.

Mide
las pausas luminosas
con su reloj de arena.

Traza
sus órbitas de oro
en la desolación etérea.

La buena gente piensa
-sin embargo-
que canta una cajita
de música en la hierba.

Monday 18 February 2008

Ni tanto

Cuestiono la inmediatez de la red
porque aunque un mensaje pueda ser instantáneo
y llegar al inbox del otro en segundos
el receptor puede que no este ahí
por más que lo deseemos.

Quiere decir esto que por mejor fibra óptica
y broadband que tengamos
si no hay contacto,
ese enlace misterioso y metafísico
e inequivocamente inexplicable
el mensaje no llegara de aquí para allá
ni viceversa.

Flotando en el ciberespacio
hasta que el despistado
sienta un piquete en las costillas
que lo lleve irremediablemente
a checar su correo
y encontrar un mensaje
aparentemente inofensivo
que requiere
de la más inmediata respuesta
para tan sólo hacer saber
que se sigue ahí.

Nicanor Parra

EL HOMBRE IMAGINARIO


El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario


de Hojas de parra (Santiago, Ganímedes, 1985)

Sunday 17 February 2008

Nota de The Observer / Portishead

Light in the west


It has been 10 years since the world last heard from Portishead, when TV producers 'turned our sounds into a fondue set'. A stunning new album could even herald the rebirth of the Bristol scene. An exclusive interview by Ben Thompson

Sunday February 17, 2008
The Observer


This is how the new Portishead album starts. A friendly voice says something vaguely introductory in Brazilian-Portuguese. There's a bit of subdued chatter in the background, and the reassuring plink of a distant piano, as if you're arriving at a half-empty Latin nightclub. Then a huge pummelling beat comes in (Geoff Barrow insists that he was 'massively unhappy' with this rhythm for many long months, but it sounds pretty unstoppable now). Sawing strings summon up a demonic echoing cowbell, before this in turn gives way to ominous slashes of spaghetti western guitar - the sort of thing you'd expect to hear just before a hired gun played by Lee Van Cleef accidentally shoots an innocent child.

Two minutes and 10 seconds in, the scene is finally set for Beth Gibbons's vocal to make its entrance. But however effectively the listener has been softened up for this momentous event, no one will quite be prepared for the pitch of ecstatic anguish at which her voice announces itself. 'Wounded and afraid inside my head,' Beth flails poignantly, as a Tardis seems to take off in the background, 'falling through changes ... Did you know what I lost? Do you know what I wanted?'
It's stunning stuff. And this is just the opening number. Later on, once Third (for that is the title: it is, after all, Portishead's third album - well, if you don't count the live one) is properly up and running, it features a run of five or six songs which are not just worthy of the records this band were making 10 or even 14 years ago, but feel like the sonic destination which they were always meant to arrive at.

Being amazed by the music of Portishead was not an activity at the top of many people's agendas for 2008. A couple of years ago, when this slow-moving West Country ensemble tentatively emerged from retirement by contributing a track to a poorly conceived English-language Serge Gainsbourg tribute LP, they sounded like a band on the verge of total creative exhaustion. When checking in with Barrow's blog in the run-up to December's comeback as curators of the more-underground-than-thou ATP festival at Minehead Butlins, the omens were no more propitious. 'This album has been like watching Lost,' he pronounced gloomily, 'a never-ending journey with few answers.'

'Wish we had more time,' he yearns poignantly at another juncture. And why shouldn't he? It's only been 10 years since their last record, after all. What you might call Bacardi advert time-frames have always been an issue with the music made in this part of the world, however vehemently those responsible might protest otherwise. And with Tricky and Massive Attack also poised to release new albums, perennial late starters Portishead find themselves in the unaccustomed position of being first out of the blocks.

Far from being unnerved by his band's decade-long shore leave, genially rumpled bed-head poster-boy Barrow seems to view it in an entirely positive light. 'Over that 10-year period,' he explains, 'the pressure to have successful records obviously dies. Which is really good, as then you can just do what you want.'

The home studio on the top floor of Portishead guitarist Adrian Utley's five-storey Georgian house in the classy district of Kingsdown supplies an abundance of circumstantial evidence as to how that decade might have been spent.

A lovely old harmonium Utley bought off eBay for £29 squats elegantly in one corner. In another, there's an ancient synthesiser signed by its designer, recently deceased musical pioneer Bob Moog. Anyone who has even a passing familiarity with Portishead's bespoke blend of antique futurism and ambient savagery would expect them to inhabit a world full of lovely-looking musical instruments. But there's an intensity to the atmosphere in this room which suggests it's home to a band who care about substance more than style.

'We've had some dark moments in here,' admits the usually ebullient Utley. 'Discussing things for hours to try and make the world around the music completely solid, then listening back to stuff and not liking it, and then not listening to it and talking for hours about biscuits.'

The vista that unfolds across the long picture window above the giant wooden mixing-desk - a breathtaking view down the slope to Bristol's notoriously unsatisfactory city centre (of which more later) and beyond to the green hills in the distance - would grab the attention of even the most sceptical observer. Whatever the precise explanation for Portishead's unlikely creative renaissance, it seems probable that the complex relationship between this panoramic backdrop and the essential privacy of the band's notoriously complicated recording process is going to be somewhere near the heart of it.

When a lot of exciting music emerges from one place at roughly the same time, it doesn't usually take long for the things people say in the hope of capturing this excitement to start looking foolish. Whether it's Newport being the new Seattle, or Sunderland being the old Sheffield, the onward march of rock'n'roll history soon tends to tramp down such proudly regionalist boasts into a kind of hyperbolic mulch.

In the case of the 'Bristol sound' of the early-to-mid-1990s, however, the idea that something special happened at that particular time and in that particular place has grown more persuasive rather than less with the passing years. This is partly because the music has lasted so well - listening to Massive Attack's Blue Lines, Portishead's Dummy and Tricky's Maxinquaye a decade and a bit later, it's impossible to deny that these are three of the most resonant and perfectly-formed debut albums to emerge in over 50 years of British pop.

The particular circumstances of growing up in that city in the Eighties - from the endless social ramifications of Bristol's historic connections with slavery, to the fallout from an especially euphoric punky-reggae crossover, the enduring influence of art-school polemicists the Pop Group, and the shared hip-hop heritage of the Dug Out Club and the Wild Bunch sound-system - helped shape a uniquely cosmopolitan culture which the rest of Britain recognised but could not hope to emulate. And at a time when the kind of sophistication a broadband connection or a nationwide Italian-style coffee franchise brings are equally accessible to everyone, the idea of such a distinct mindset now seems almost impossibly mysterious.

Yet speaking to all the major players in this story as it was unfolding, it soon became clear that what divided them was every bit as important as what they had in common. 'Everyone thinks we're all sleeping together,' Blue Lines's puckish featured rapper Tricky Kid murmured to me in 1994, before bemoaning the fact that while he was working on his first solo endeavour (a contribution, as it happened, to a benefit project for research into sickle-cell anaemia), all the full-time members of Massive Attack 'came back from the pub to take the piss'. And while acknowledging that his band represented 'the first generation of immigrants that grew up in England', in conversation Massive stalwart Daddy G was quick to emphasise that 'you can't say that living here has affected us all in the same way, because it hasn't'.

Perhaps inevitably, two of the clearest and most commercially successful paths through the Bristol scene's forest of inter-personal connections were trodden by white kids. Nellee Hooper jumped ship from the Wild Bunch sound-system to become first one half of Soul II Soul, and then (for a while at least: no one seems to know what he's up to at the moment) the world's most sought after record-producer. And Barrow - teenage tea-maker and tape operator at the Coach House studios where Massive Attack recorded Blue Lines - went on first to co-produce Tricky's solo debut, and then to start his own group, named (in classic hip hop-style) after the town he'd grown up in.

The fact that this place - Portishead - was neither an LA ghetto nor a suburb of New York but a no-horse satellite town of Bristol, clinging on to the edge of the Severn Estuary by its scabby fingernails, was a reality which Barrow has scrupulously refused to overlook from that day to this. In his quest to make music which was informed by the American hip hop he loved, but also true to the place it came from, he enlisted two somewhat unlikely allies. One, Beth Gibbons, was a singer-songwriter almost a decade his senior. The other, Adrian Utley, was a veteran jazz guitarist who was rumoured to have once played with Art Blakey.

Because it's simpler, people have tended to see the subsequent development of Portishead's music as a straightforward tug of war between rough-edged cut-and-paste merchant Barrow, and Gibbons the enigmatic chanteuse. In fact, the band's creative power-base has always been more of a triangle; the atmospheric sound-scapes don't really make sense without a proper understanding of Utley's contribution.

The great thing about this apparently ill-matched trio was that each person brought something to the table that the others needed: Gibbons's striking vocal and visual presence and old-school song-writing talent, Barrow's fan-boy grasp of the mechanics of hip hop, and Utley's musicianly chops.

'Because we came from such different worlds,' Utley remembers, 'what really got me and Geoff talking to each other first was Public Enemy. As I'd come from a traditional playing-with-other-people type of background, I didn't know how these records were being made. I'd never had a sampler - they were really expensive at the time - so I just didn't understand where these amazing sounds were coming from.'

'With samples, in those days,' he continues - 'Before time-stretching and all this Pro Tools tomfoolery,' qualifies Barrow, ever the home-schooled rap technician - 'you were actually forcing notes against notes, so there was a proper clash and everything was slightly out of tune. Because you want this riff to go over that beat and you've just got to make it happen, you end up with this kind of roughness, which is what made Public Enemy or Eric B so exciting.'

'For me,' adds the older man, 'finding hip hop was a huge life-changing experience - like having a baby or something'. Even as he says this, Utley's 14-month-old daughter is taking some of her first steps across the wooden floorboards of the downstairs kitchen. And just as this road-hardened jazz-warrior was first discovering hip-hop's 'whole world of fantasticness', he toddled into Barrow coming back the other way.

Years of immersion in the crate-digging one-upmanship of DJ culture were making the younger man increasingly uncomfortable with hip hop's 'trainspotting tendencies'. And what better way to transcend your disenchantment with 'people getting excited about the first two bars of some beat that sounds like it was played at Butlins' than by forging a new creative partnership with someone who might have helped keep that beat? When Barrow was holidaying at Torbay Pontins as a child in the very early Eighties ('We never went to Butlins - it was too posh'), Utley was actually playing in the band.

Portishead were painfully aware of the embarrassment that can ensue when white musicians try to appropriate black musical innovations wholesale - 'We didn't want to be Cliff Richard singing over a loop of "Funky Drummer",' Barrow almost snarls (Bristol's biggest venue, the Colston Hall, might still be named after a slave-trader, but that's all the more reason for the city's artists to eschew a colonial mentality). So they set themselves the challenge of incorporating a sense of that distance from their source material into the very fabric of their music. 'It can't just be like a live tape played by a load of musicians,' Utley explains, 'it has to feel like it's already a record of something, like it's come from a world.'

The band's determination to be true to this underlying principle has necessitated a uniquely painstaking process of artistic evolution. Each time they've proved a particular way of doing things can work for them, they seem to feel compelled to tear up that rulebook. Thus, when making Dummy, Barrow would record a combination of samples and live music, press them on to vinyl, then scratch-mix the results to make backing tapes for Gibbons to add lyrics and a tune to. But for 1997's Portishead this methodology was no longer deemed tortuous enough, so the band invested endless months in creating their own samples from, as it were, scratch. ('We couldn't just put the needle on a record and take someone else's music,' Barrow grins painedly, 'and besides, it was more fun to do it ourselves.')

At the time, Utley described this process as being 'like trying to walk with one Wellington boot full of concrete', but Portishead's endless labours received their just reward in the end. Not commercially (the second album sold less than the first), but in the loftier realm of kudos. When 'Over' was sampled by both Timbaland and Wu-Tang Clan's RZA, Barrow had achieved his ultimate objective of giving something back: supplying actual fuel for hip hop's hungry furnace.

Small wonder that Portishead - like their increasingly fractured and discontented peers Massive Attack and Tricky - were running out of steam by the end of the Nineties. Geoff Barrow looks worn-out even having to think about this stage of his band's history. 'After we got back and mixed the live album [1998's impeccably grandiose Roseland NYC Live - probably, strangely, the best place to start for people unfamiliar with their previous oeuvre] we didn't really get together for six years ... It wasn't that we weren't speaking. But Beth got ill and moved back to Devon for a while. I got divorced, and we all worked on a few solo projects.'

The smart money, at this stage, would not have been on Portishead's most sonically adventurous and exhilarating work still being ahead of them. And when they finally got back together, things - to put it mildly - took a while to get going. 'I bought hundreds and hundreds of records,' Barrow remembers, glumly, 'sampled them, looped them up and made backing tracks ... and it just put me into a massive state of depression, basically.'

Why?

'It just seemed so backward, and like something we'd done too many times. The songs sounded OK as instrumental hip hop, but as soon as Beth started singing, it was like "Oh man, no way". The idea of us just trying to be Gang Starr with Beth on top just was not really interesting to any of us any more - her included. We ended up going back to early hip hop drum machines, because they were the only things we could really stand listening to. The idea of classic breaks that had been chopped up was not really palatable any more.'

The roots of Barrow's allergic reaction to the sounds he once loved probably lay in the unasked-for ubiquity of his band's debut album. At some point around the time Dummy won the 1995 Mercury Prize, Portishead found that the music they had lovingly fashioned from scraps of Lalo Schifrin's old film scores had suddenly (when featured in the background on aspirational twenty-something TV drama This Life) become the soundtrack to a mid-Nineties media lifestyle fantasy.

'They turned our songs into a fondue set,' he observes, disgustedly, more than a decade on. The same anger was on public display in his recent entertaining blog-spat with Mark Ronson, in which he accused the well-connected New Yorker of making 'shit funky supermarket muzak', eliciting a pithy but intriguingly off-target response about Portishead's music no longer being 'popular enough to be played in supermarkets' (an eventuality which actually seems to be a great source of relief to the whole band).

Barrow and Utley seem to agree that one of Third's subliminal themes is the 'ridiculousness' of contemporary existence. 'You've got the surface world - the absolute unreal world that everyone is supposed to live in - and then there are the actual real things that are happening, and then there's this ginormous layer of media which divides the two,' Barrow fulminates sheepishly, as if conscious that he has expressed this dilemma more elegantly in musical form. It's a neat demonstration of the contrasting personalities which give the music of Portishead its light and shade that when the topic of This Life comes up while he and Utley are chatting to photographer Harry Borden at the OMM photo shoot, Beth Gibbons pipes up from the other corner of the room: 'Oh, I always quite liked that show!'

Under normal circumstances, this would be the only quote from the notoriously reticent vocalist that would be available to us. Happily, in the course of my previous professional encounter with Portishead, in late 1994, a sudden indisposition on the part of Barrow (who'd been hospitalised with a suspected ulcer) caused Gibbons to lift her lifetime ban on talking to British journalists for the only time. Far from the Garboesque recluse of legend, she turned out to be a genial, no-nonsense character, wearing glasses and speaking with a light Devonian burr rather than a tortured croak. After rooting through a cupboard in her small terraced house in the Easton district of Bristol, she unearthed a series of unreleased Portishead songs and played them back with a self-deprecating running commentary - 'This is where I tried to rip off Sinead O'Connor' - or 'Neil Young', or 'Tom Waits' or 'a black soul singer'. Yet it seemed the harder Beth Gibbons tried to copy someone else, the more she sounded like no one but herself.

Before giving me a lift back to the station in her elegantly battered Triumph, with a pre-release copy of Maxinquaye on the stereo, Gibbons said a couple of things which enhanced her band's air of mystery far more effectively than any long-term vow of silence.

The first was that even though in some ways the loneliness which had driven her to write songs in the first place had been intensified by sending that music out into the world as a commercial product, 'if you think of something like the mannequins in Blade Runner, they only think they're human because of the pictures they hold'. The second - rather less existential, but none the less intriguing - observation concerned her relationship with Barrow.

'It may be the age gap, but he never quite knows how to take me,' she said, of the musical associate she'd first teamed up with at an enterprise allowance induction day three years earlier. 'If you asked him about me, I don't know what he'd say.'

Fourteen years later, Barrow discusses their initial meeting in similarly uncertain tones: 'She was a woman, but I was still just a boy really. I mean, the lyrics she'd written for the first song we worked on together name-checked Gandhi! I just did not have the first idea of what she was on about.'

In the intervening years, the distance between Portishead's ruling triumvirate has greatly decreased. 'We're closer now than we've ever been,' insists Utley, 'and the lines between what each of us contributes have totally blurred.' The way the band works has basically turned inside out. And you can feel the ensuing emotional thaw in the music on Third. In place of the old demarcations, there's now the sense of a rush towards a shared objective.

Some of this extra momentum comes from the beats. Take the percussive thrust of the album's opening track, for example. 'The vibe I really wanted,' Barrow explains, 'was when Muhammad Ali fought George Foreman at the Rumble in the Jungle and James Brown played. I wanted it to feel like it had been recorded somewhere really fucking remote.' But there's a further source of additional energy at work, one which (for Geoff at least) comes close to matching the intensity of his earlier connection with the hip hop mother lode.

'If you look back at the ATP line-up,' Geoff enthuses, 'it's basically a list of the music that makes our album.' Given that this three-day event traditionally offers a bill of fare so ascetic that even hardened readers of the Wire magazine are inclined to want to listen to Diana Ross and the Supremes in the car on the way home, readers could be forgiven for feeling somewhat unnerved by the prospect of Portishead's new doom-metal direction. But listening to Third, the sheer savagery of the album's numerous sonic switchbacks seems to have also shaken free the band's melodic sense as well.

The first three songs are something like you'd expect from a new Portishead album. They're kind of the same, but different - like arriving at the airport and having to carry your toothpaste through passport control in a plastic bag. But then the record really takes off, and suddenly it's taking you somewhere you've never been before.

A tune called 'The Rip' starts out like an old English folk remnant but ends up in the enchanted realm of early Kraftwerk. Another amazing song, 'We Carry On', joins the dots between the ramshackle urgency of Sixties punk and the terrifying precision of Joy Division. And let's not forget 'Deep Water' (which Utley hates): it's the most touching Steve Martin-inspired close-harmony ukulele ballad in Portishead's entire repertoire.

Back up in Portishead's rooftop eyrie, Adrian Utley points out places of local interest through the window: 'Nellee Hooper came from Barton Hill, over there, which is not a fairytale place to live. Tricky was from Knowle, which is pretty grim as well, and Mushroom lived in Fishponds.' At this point, talk turns to Bristol's endlessly postponed city-centre redevelopment.

There's a school of thought which believes that Tony Wilson's Factory Records dreamt up the Manchester of the 21st century. Can either Barrow or Utley imagine a metropolitan hub inspired by Dummy or Maxinquaye

'I don't know what that would look like,' the former grins, 'but it would be fairly frightening, I reckon.' At this point, a courier arrives with a freshly remastered copy of Third, and Barrow sticks it into the CD player and strains his ears to assess the impact of another set of infinitesimal adjustments. If Massive Attack's and Tricky's forthcoming albums sound anything like as good as this one, well, Bristol just might be the new Bristol.

· Third (Island) is out on 14 April; Portishead also tour that month.

Friday 15 February 2008

Control

Anton Corbijn tiene muchísima experiencia como fotógrafo y en especial en hacer foto de bandas. En su portafolio se encuentran REM, U2, Nirvana, Depeche Mode y por supuesto Joy Division. Impresionado con la propuesta de la banda se muda a Inglaterra en 1979 y logra captar su espíritu con gran estilo y técnica.
Con un importante background en videos musicales, decide incursionar en el cine con Control, un filme biográfico centrado en la figura de Ian Curtis líder de Joy Division. En completo blanco y negro la fotografía es impresionante. Mi cuate Robin Toyne que hace filmes para la BBC me comentó impresionado sobre el filme, exaltando la técnica y lo acertado del retrato del Manchester que conoce tan bien por los años que estudio cine en la ciudad y su relación inseparable con la música y el movimiento Madchester que nacería mas tarde. La escena de Manchester se separa como agua y aceite de aquella de Liverpool, Londres, Sheffield o cualquier otro importante centro cultural de Inglaterra. A título personal me parece visceral y salvajemente melancólico. El filme sin tener relación alguna me trajo a la mente las pinturas de L.S. Lowry con sus desolados paisajes urbanos de la metropolis.
El retrato de Ian Curtis me dejo frío, me sucedió con aquellas películas que te dejan sin palabras por algunos minutos tratando de asimilar lo que has visto. Fuera del drama que es llevado, me parece certero el desarrollo de la historia y el retrato de Curtis; su personalidad y el tono de su desconsuelo.
Las escenas musicales son memorables, los movimientos que logra Sam Riley, un actor desconocido reflejan bien la tensión y excitación que debía estar en el aire en una tocada de ese calibre en esos tiempos. Soundtrack maravilloso que incluye a David Bowie, Iggy Pop, The Velvet Underground, The Buzzcocks, Roxy Music, New Order.
Como ex-bajista no puedo dejar de sentir mi piel erizarse al escuchar el bajeo de Peter Hook en su Rickenbaker.
New Order logró crear una personalidad propia después, pero eso ya es otro tema. Me quedo por poético, complicado y contradictorio, a riesgo del lugar fácil y cursi o tal vez por ser generación Mtv; con el diálogo entre Ian y Debbie en la calle mientras comienza Love will tear us apart.

Double click on play to listen to Disorder from Unknown Pleasures


I've been waiting for a guide to come
and take me by the hand
Could these sensations make me feel
the pleasures of a normal man
New sensations bear the innocence -
leave them for another day
I've go the spirit, lose the feeling
take the shock away

It's getting faster, moving faster now,
it's getting out of hand
On the tenth floor, down the backstairs
into no-man's land
Lights are flashing,
cars are crashing,
getting frequent now
I've got the spirit, lose the feeling, let it
out somehow

What means to you,
what means to me -
and we will meet again
I'm watching you, I watch it all
I take no pity from friends
Who is right and who can tell,
and who gives a damn right now
Until the spirit, new sensation
takes hold - then you know (3)
I've got the spirit, but lose the feeling (2)
Feeling (7)

Thursday 14 February 2008

Gandhi

Gandhi comentaba que tenía tres grandes enemigos; el primero, el Imperio Británico, el más facilmente influenciable para bien. El segundo, la gente de India, ellos eran un poco más difíciles, y el tercero una persona llamada Mohandas Gandhi, en él no tenía influencia alguna.

Wednesday 13 February 2008

Se llama gato

Cuando a visitarnos viene el gato
el jardín es jungla de ciudad
toda la fauna microscópica tiembla
y las plantas se excitan a su paso

explorar la casa es como jugar
los interiores son como niebla
que aguardara el momento en que te duermes
para caer sobre tu inerme cara.

Si temprano llegamos como en jueves
comer no quiere, juguetear tampoco
le ha tocado estar fuera en la noche
no quiere cariños ni abrazos, nada
loco por una gata que no coje.

Tuesday 12 February 2008

El hombre a caballo

Existía una vez en un reino lejano
un hombre que nunca se bajaba de su caballo
el caballero comía, dormía e incluso iba al baño montado
Cosa difícil era conseguirle asiento en las comidas de aniversario
era un solitario el hombre a caballo
Un día para hacer un cambio decidió enamorase
las princesas se entusiasmaban al verle llegar tan gallardo
pero era complicado tener con él cierto contacto
Desilusionados él y su amigo corrían en una ocasión por la estepa,
cual fuera su sorpresa al recibir por abrigo
la mirada de una hermosa princesa
dando un perpetuo paseo sobre su yegua.

Monday 11 February 2008

El perro y el elefante

Un día, un perro que vivía en azotea
saltó desde lo alto para ser libre
teniendo la suerte de que en ese instante
pasara por debajo un elefante

Sabio paquidermo
pena he tenido y felicidad quiero
llévame lejos,
donde el sufrir no tenga
domicilio permanente

Si eso esperas
porque de una vez no bajas
-dijo enfático el elefante,
buscas felicidad constante
pero afelpado amigo, sabe,
para valorar el contento
probar la tristeza es indispensable.

Sunday 10 February 2008

The Darjeeling Limited

Sin itinerarios plastificados como los hermanos protagonistas del filme nos dirigimos la chica mascapalabras y yo al cine el miércoles pasado. En Northumbria Drive esta el Orpheus un cine con 7 pequeñas salas, independiente, como casi ya no los hay. Habíamos cinco personas en la sala. Esperaba más gente tratándose de un filme de Wes Anderson que ya cuenta con un gran grupo de seguidores pero supongo que las malas reseñas de los periódicos y la narración no costumbrista de sus filmes resultan pesados para más de uno.
Yo esperaba verla con muchísimas ganas, me parece formidable como Anderson puede mezclar tan bien la tragedia sin caer en la cursileria o la pose y mezclar la comedia dando un contrapeso que de como resultado un buen balance, una tragicomedia bien hecha.
Las reseñas que leí criticaban el lugar común del tema central de la película, el viaje espiritual a la India, pero se quedaron me parece en la superficie. La búsqueda de la familia paterna es un tema constante en las películas de Wes Anderson, el buscar al padre es una forma de volver a los orígenes de buscarse a sí mismo, el viaje es lo importante, el que este situada en la India tiene que ver con lo impredecible del lugar y la influencia que las fotografias de Ved Metha y las películas de Satyajrt Ray tuvieron en Anderson. El guión fue escrito por Anderson mismo, Roman Coppola (hijo de Francis Ford y hermano de Sofia) y su primo Jason Schwartzman (colaborador usual y primo de Roman). Son constantes en este filme los detalles técnicos por lo cual su obra se considera muy personal; los detalles visuales, los diseños de los sets, los grandes angulares, la cámara lenta, los letreros en tipografía Futura. Sus personajes son excéntricos, inadaptados y dañados aunque vistos a un luz simpatética, tendientes al escapismo químico. Son temas suyos la nostalgia, el fracaso, las familias fracturadas y como lo mencione anteriormente la figura paterna (su búsqueda).
En lo personal disfruto mucho los momentos de silencios incómodos en los cuales los personajes caen, y la ambigüedad en el desarrollo de la trama que deja a muchas personas sin entender lo que vio. Constantes también son sus actores y amigos, desde Jason Schwartzman en Rushmore a los hermanos Wilson, Anjelica Huston y por supuesto Bill Murray.
Aún no he visto Bottle Rocket, su primer filme y considerado lo mejor hasta ahora.
De resaltar son sus soundtracks, la música refleja los sentimientos nostalgia y aislamiento de los personajes; folk de Bob Dylan, los Rolling Stones, The Kinks, Cat Stevens, John Lennon o Paul Simon en The Royal Tenenbaums o que tal David Bowie interpretado en portugues a ritmo de bossa nova por Seu Jorge en The Life Aquatic with Steve Zissou.

Epifanía

Hace rato que no piso una iglesia o que rezo con convicción. Hace un rato tuve por unos minutos un momento de gracia. Mientras que tomaba un café en el jardín disfrutaba los rayos del sol que ya calientan, todo en calma como buen domingo por la mañana. La vecina a dos casas desde su balcón cantaba el Hallelujah de Leonard Cohen y no existía otro sonido más.

Friday 8 February 2008

Mario Santiago Papasquiaro

DEVOCIÓN CHEROKEE

Poesía atroz / te amo de siempre
Gatees silbes muerdas o vueles
Hembrita mía coño encharcado pétalo santo
Sin otra opción hurgo en tus astros
Mi yo eres tú / vamos al rastro : sangre de
pálpitos
Belleza alada rompes mis ancas
Me traes de 1 alba
De 1 sol obtuso / vidrio de barda
No me regreses / plasma gandalla /
En ti soy otro / pulso mis ganas
Escribo : meo : cojo : rezumo : bailo con ratas
No hay muerte
No hay calma
Contigo oleajes
lunas / Saharas
El riel de 1 hueco
¿Qué hay increado?
No muevo el rostro
No escupo nada
Nomás te miro
Soy tu destello
Eres mi hacha.

Thursday 7 February 2008

Escudo humano

Liverpool, 2003.
De los escudos humanos que salían de Londres a Bagdag en altos autobuses de dos pisos, tan sólo conocí a Mercedes. Yo no tenía que trabajar ese día en el café, pero una compañera me pidió cubrirla. Mercedes llegó al mostrador y sin molestarse en pedir en inglés, con un fuerte acento madrileño pidió un café con leche. Se lo serví y hasta ese instánte se percató que estábamos hablando en español. Se acomodó en la barra y mientras yo atendía a los demás clientes así como si nada empezó a contarme sobre su vida. Necesitaba hablar supongo. Me dijo que tomaría el tren de Liverpool a Londres en tan sólo unas horas. En Londres se reuniría con gente de todas partes del mundo, en especial de Europa. Irían a detener las bombas que estarían dirigidas a los civiles.
Por principio me pareció una mujer valerosa. Había trabajado en una empresa de computación por varios años. Un buen día la dejó. Vendió la mayoría de sus posesiones y se fue a vivir de okupa en una casa abandonada, con un grupo de desconocidos. Mercedes tenía el rostro angulado, ojos verdes y la cara marcada por batallas nocturnas libradas entre café y nicotina. Ella creía en la justicia. Yo tenía que hablar y concentrarme en levantar suficiente espuma para un pedido de tres cappucinos grandes para llevar. Mercedes llevaba no más que una bolsa con un poco de ropa, su pasaporte y una tarjeta de crédito platinum de su padre. Tenía la mirada cansada. Me dio un discurso muy detallado de sus razones para ir a defender a la gente de Irak. Más que explicarme, sentía que trataba de justificar sus razones. El plan mas conveniente -pensaba ella- sería concentrar a los escudos humanos en las plantas de energía, las supuestas "bombas inteligentes" arrasarían con los blancos militares primero. No se atreverían a bombardear la planta eléctrica mientras hubiera civiles de todas partes del mundo para dar testimonio, aún Estadounidenses. Empezó a llegar más gente al café, siempre sucedía así entre diez y once de la mañana. Tomaba pedidos y hacía café sin dejar de poner atención a las palabras de Mercedes. El dueño del café sutilmente me exigía velocidad.
Terminó su café y se despidió rapidamente. Le desee suerte, sabiendo que la necesitaria. Salió, cruzando primero la puerta y enseguida la neblina que levantaba sin permitir la mirada.
Unos dias más tarde, a mediodía caminando por el centro de Liverpool vi nacer al final de la calle una manifestación en contra de la guerra. La integraban en su mayoría gente de la universidad, personas de fe musulmana. Líneas de policias los resguardaban a ambos lados. Había mucha tensión en el ambiente. Se gritaban consignas en contra de la guerra. Los oficinistas se asomaban, los policias esperaban la menor provocación que no llegaba, los jóvenes gritaban impulsados por el coraje. Había inconformidad, cierto, pero también habia mucho miedo. De parte de todos.
Recordé a Mercedes dias más tarde leyendo The Independent. Los soldados habían obligado a salir de Irak a los escudos humanos. Algunos esperaban en Amman, para volver a infiltrarse, otros regresaban a sus paises. Había mucho de martirio en la mirada de Mercedes, ahora que lo recuerdo. Fue a decir que no estaba de acuerdo, debió haber gritado con todos sus pulmones y su fuerza. Mercedes estaba cansada. Quería limpiarse las manos de ser parte de los juegos de poder, quería rebelarse: ¡No estoy de acuerdo! Tal vez también prefería morir. Morir por lo que creía verdadero. ¿Pero no es eso también tratar de escapar? Terminar de una vez la injusticia del mundo siendo un mártir en lugar de resistir pacificamente y de una forma personal. Ni todas las marchas del mundo, ni el descontento mayoritario lograron detener la guerra. Pero, ¿se ha terminado realmente? O es que siguen cayendo en nuestra tranquilidad, en nuestro interior bombas cargadas de miedos, de desesperanza.
Si su arma es el miedo, la nuestra es saber que no hay que temer.

La creatividad y el constante cambio

Estoy confuso. No entiendo el laberíntico suceso de hechos diarios. Las opciones brotan de todas partes, seguir tomando Coca-cola o probar la opción de Pepsi de líquido azul. Estoy confuso de quién o para qué soy. No sé que hacer.
Lo definitivo es que hay constante reto y respuesta. Cada situación implica tu participación; callar o decir algo. Te encuentras siempre con la posibilidad de un movimiento, un gesto; pensar. Porque aunque decidas no actuar, aún así estás haciendo algo; abstenerte. ¿Atravesar la calle ganándole al enorme camión que viene suficientemente lejos para ganarle o esperar?
A cada situación reaccionamos, sin embargo, con una respuesta que es siempre condicionada. Tenemos guardado en el disco duro un archivo enorme con el nombre de yo.doc. Este ego inquieto tiene o le hace falta, se pierde en preocupación por sí mismo, sus miedos, sus deseos, sus recuerdos, sus planes.
¿Pero qué es este yo mismo que he creado? Si digo mi nombre o digo yo ¿qué fotografía evoca? ¿Existo en la mente, el cuerpo, el alma o en todos? ¿O en alguna parte fuera de ellos? ¿Si me atrevo a buscar qué encuentro?
Esta nuestro ser como oficina burocrática llena de fotocopias; desbordándose los archiveros vamos a buscar la respuesta. Sin estar libre del residuo de la experiencia no se puede captar lo nuevo. Entre el silencio entre pensamiento y pensamiento tal vez estamos.
Si quieres seguir haciéndole caso a la televisión, allá tú. En estos tiempos la preservación de lo conocido es valuado por encima de la agonía de la imaginación. Cuestionarse sigue siendo un instrumento con filo.
Cargamos con demasiadas cosas en la mudanza. Respondemos con las viejas reacciones que ni siquiera estamos seguros son nuestras.
En la papelera de reciclaje está ya la memoria psicológica. Así lo nuevo es recibido por lo nuevo. Libre de lo conocido, hacerle frente a lo fresco, con un distinto enfoque, ahí hay creatividad, y en la creatividad; el goce.

Tuesday 5 February 2008

Pancake day

Hoy martes en Inglaterra el dia previo a la Cuaresma se celebra comiendo pancakes o como los conocemos en Mexico hot-cakes, aunque sean mas bien como crêpes. El miercoles de ceniza marca el inicio. La Cuaresma representa los cuarenta dias y cuarenta noches que paso Jesus en el desierto en retiro y oracion siendo tentado por Satanas a convertir una piedra en pan aprovechando su hambre, a saltar un barranco y ser rescatado por angeles induciendolo a la soberbia y a tener posesion de ciudades y hombres seduciendolo con la ambicion. La secuencia de La ultima tentacion de Cristo de Scorsese referente al desierto es fiel a los momentos en que los pensamientos avasallan a quien en retiro busca un espacio para encontrarse.
En si, un tiempo de recogimiento y reflexion que precede a la Semana Santa. Pero basta de catecismo que este blog no es atalayo.
Si, pancake day. Ciertas costumbres britanicas pueden parecer excentricas a la luz de otra cultura, pero igual pasa con Mexico, Argentina o China proviniendo de una cultura diferente. Esta costumbre en lo personal me gusta y me parece muy ternurosa, sniff. Mientras en Rio de Janeiro todos se despepitan en la bacanal y la samba, en Veracru se baila chunchaca al ritmo del rey feo y las mas diversas formas de celebracion de la carne se da en los distintos carnavales, aqui a lo mas grueso que se lleva el libertinaje de los sentidos es el comerse unos (no muchos porque es gula) pancakes, eso si, delgados, no gruesos y esponjados como en un IHOP, por supuesto sin tocino, jamon o acompanamiento. Ni hablar de unos cuadros de mantequilla que se derrita por los costados, ni un chorro de miel de maple o una embarrada generosa de mermelada, nah, tan solo unas cuantas gotas de limon encima y un poco de azucar, espolvoreada, nomas.
Nunca he sido asiduo al carnaval, solo una vez al de Veracruz, de por si no soporto las multitudes, el calor pegajoso, el olor general a meados, la chunchaca todo volumen y el kitch a su maxima expresion fue chistoso por un rato (unos 5 minutos) para convertirse en penitencia sin siquiera haber llegado a la epoca posterior destinada a ella. Me encanta el puerto, excepto durante carnaval. Lo mio es mas bien lo sereno, sin caer en lo flematico o de hueva. Asi que a mis jotqueics les voy a untar harta Nutella. Uhuu! que grueso soy! Esta vida de excesos y rock & roll.

Monday 4 February 2008

Diez razones para temer a los payasos

1.- Dicen que los payasos de cara blanca al quitarse el traje dejan al descubierto la piel de su cuerpo que es blanca como cal.
2.- En realidad los payasos no son "de pie grande" tan solo usan los zapatos gigantes para acomplejarte y asi bajar tus defensas y tenerte a merced de sus ataques humoristicos.
3.- Es un hecho comprobado que los payasos son todos psicoticos con baja autoestima, exhibicionistas y tendencia por la ropa XXL.
4.- Los payasos tienen que gritar siempre aun si se encuentran a unos centimetros del receptor.
5.- Los payasos tienen siempre un solo auto que generalmente es un vocho o una combi del modelo mas antiguo pintado de todos los colores posibles y muy mal gusto.
6.- Muchas veces en los consultorios de los pediatras los cuartos de espera estan decorados con cuadros del payaso con la lagrima rodando o del vagabundo perdedor.
7.- Los payasos siempre tienen nombres nonios en diminutivo como cascarita, chipotlito o pinguin.
8.- Los payasos de los camiones y el metro (hay que decir algo mas?).
9.- Todos los payasos son alcoholicos y se andan cagando por todas partes, por eso no hay banios en los circos.
10.- Cuando estas bien dormido y no te das cuenta el payaso que vive debajo de tu cama sale y se te queda observando.

Friday 1 February 2008

Zig Zag

Hay libros muy pesados. No me refiero a la densidad de su contenido ni a la importancia que pueda tener la obra, sino al volumen pues. Llevaba ya cai un mes leyendo a ratos La Trilogia de la Frontera de Cormac McCarthy, fue una suerte conseguir los tres libros en uno pero como ultimamente solo tengo tiempo para leer en el camion mientras voy al trabajo resulta bien dificil sostener el buen tabique en una mano y con la otra sostenerse si no agarra uno asiento. Lei All the pretty horses, una chingoneria y estaba a punto de terminar The Crossing cuando hoy en la manana antes de salir de la casa llego el senor cartero con mi paquete de Amazon y el libro que pedi. Gracias, le dije al senor cartero y saque el libro nuevo y empeze a oler las paginas como buen clavado de los libros. Ah I love the smell of books in the morning. Lo mejor es que se trataba del What we talk about when we talk about love de Raymond Carver. Me sente en el camion entre unas monas que platicaban a gritos sobre la peda que se pusieran la noche anterior y junto a un pobre brit-popero que pretendia estudiar durmiendose sobre su libreta de apuntes. Y empeze a leer, despacio, lei una pagina de Why don't you dance? y cerre el libro, me ponia a saborear las palabras, las imagenes y lo volvia a abrir. Lei el cuento dos veces y quede feliz con el trabajo tan fino de usar los terminos precisos, la ironia, el ritmo y la antisolemnidad, y con el brazo nada entumido, porque el libro; es delgado. Agradezco en estos tiempos de prisas y Macbooks Air los libros de bolsillo, que puedes acariciar con una sola mano y llevar a donde quieras. Hay una edicion de libros de Kafka en formato identico al de una cajetilla de cigarros. Lo que me recuerda al Israel, mi vecino cuando vivi en Oaxaca, que cuando se le acababan las sabanitas se hacia sus cigarros con las paginas de papel cebolla de la biblia que le regalo su tia para convencerlo de que dejara el vicio y se consiguiera un trabajo.