Un día, un perro que vivía en azotea
saltó desde lo alto para ser libre
teniendo la suerte de que en ese instante
pasara por debajo un elefante
Sabio paquidermo
pena he tenido y felicidad quiero
llévame lejos,
donde el sufrir no tenga
domicilio permanente
Si eso esperas
porque de una vez no bajas
-dijo enfático el elefante,
buscas felicidad constante
pero afelpado amigo, sabe,
para valorar el contento
probar la tristeza es indispensable.