Anton Corbijn tiene muchísima experiencia como fotógrafo y en especial en hacer foto de bandas. En su portafolio se encuentran REM, U2, Nirvana, Depeche Mode y por supuesto Joy Division. Impresionado con la propuesta de la banda se muda a Inglaterra en 1979 y logra captar su espíritu con gran estilo y técnica.
Con un importante background en videos musicales, decide incursionar en el cine con Control, un filme biográfico centrado en la figura de Ian Curtis líder de Joy Division. En completo blanco y negro la fotografía es impresionante. Mi cuate Robin Toyne que hace filmes para la BBC me comentó impresionado sobre el filme, exaltando la técnica y lo acertado del retrato del Manchester que conoce tan bien por los años que estudio cine en la ciudad y su relación inseparable con la música y el movimiento Madchester que nacería mas tarde. La escena de Manchester se separa como agua y aceite de aquella de Liverpool, Londres, Sheffield o cualquier otro importante centro cultural de Inglaterra. A título personal me parece visceral y salvajemente melancólico. El filme sin tener relación alguna me trajo a la mente las pinturas de L.S. Lowry con sus desolados paisajes urbanos de la metropolis.
El retrato de Ian Curtis me dejo frío, me sucedió con aquellas películas que te dejan sin palabras por algunos minutos tratando de asimilar lo que has visto. Fuera del drama que es llevado, me parece certero el desarrollo de la historia y el retrato de Curtis; su personalidad y el tono de su desconsuelo.
Las escenas musicales son memorables, los movimientos que logra Sam Riley, un actor desconocido reflejan bien la tensión y excitación que debía estar en el aire en una tocada de ese calibre en esos tiempos. Soundtrack maravilloso que incluye a David Bowie, Iggy Pop, The Velvet Underground, The Buzzcocks, Roxy Music, New Order.
Como ex-bajista no puedo dejar de sentir mi piel erizarse al escuchar el bajeo de Peter Hook en su Rickenbaker.
New Order logró crear una personalidad propia después, pero eso ya es otro tema. Me quedo por poético, complicado y contradictorio, a riesgo del lugar fácil y cursi o tal vez por ser generación Mtv; con el diálogo entre Ian y Debbie en la calle mientras comienza Love will tear us apart.
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