Existía una vez en un reino lejano
un hombre que nunca se bajaba de su caballo
el caballero comía, dormía e incluso iba al baño montado
Cosa difícil era conseguirle asiento en las comidas de aniversario
era un solitario el hombre a caballo
Un día para hacer un cambio decidió enamorase
las princesas se entusiasmaban al verle llegar tan gallardo
pero era complicado tener con él cierto contacto
Desilusionados él y su amigo corrían en una ocasión por la estepa,
cual fuera su sorpresa al recibir por abrigo
la mirada de una hermosa princesa
dando un perpetuo paseo sobre su yegua.