Friday, 1 February 2008

Zig Zag

Hay libros muy pesados. No me refiero a la densidad de su contenido ni a la importancia que pueda tener la obra, sino al volumen pues. Llevaba ya cai un mes leyendo a ratos La Trilogia de la Frontera de Cormac McCarthy, fue una suerte conseguir los tres libros en uno pero como ultimamente solo tengo tiempo para leer en el camion mientras voy al trabajo resulta bien dificil sostener el buen tabique en una mano y con la otra sostenerse si no agarra uno asiento. Lei All the pretty horses, una chingoneria y estaba a punto de terminar The Crossing cuando hoy en la manana antes de salir de la casa llego el senor cartero con mi paquete de Amazon y el libro que pedi. Gracias, le dije al senor cartero y saque el libro nuevo y empeze a oler las paginas como buen clavado de los libros. Ah I love the smell of books in the morning. Lo mejor es que se trataba del What we talk about when we talk about love de Raymond Carver. Me sente en el camion entre unas monas que platicaban a gritos sobre la peda que se pusieran la noche anterior y junto a un pobre brit-popero que pretendia estudiar durmiendose sobre su libreta de apuntes. Y empeze a leer, despacio, lei una pagina de Why don't you dance? y cerre el libro, me ponia a saborear las palabras, las imagenes y lo volvia a abrir. Lei el cuento dos veces y quede feliz con el trabajo tan fino de usar los terminos precisos, la ironia, el ritmo y la antisolemnidad, y con el brazo nada entumido, porque el libro; es delgado. Agradezco en estos tiempos de prisas y Macbooks Air los libros de bolsillo, que puedes acariciar con una sola mano y llevar a donde quieras. Hay una edicion de libros de Kafka en formato identico al de una cajetilla de cigarros. Lo que me recuerda al Israel, mi vecino cuando vivi en Oaxaca, que cuando se le acababan las sabanitas se hacia sus cigarros con las paginas de papel cebolla de la biblia que le regalo su tia para convencerlo de que dejara el vicio y se consiguiera un trabajo.