Friday, 22 February 2008
Doble moral
La ley anti-tabaco que se acaba de imponer en México lleva ya varios meses en funcionamiento en Inglaterra y Francia. Irlanda, Italia y España con anterioridad. Que diría Charles de Gaulle, que pensaría Brigitte Bardot, que contestaría Jean-Paul Sartre al decirle en el Cafe de Flore; aquí nomás no puede encender su Gallouise Monsieur. No voy a entrar en detalles de lo dañino que puede ser el tabaco y del derecho a respirar aire puro de las personas, porque si a perjudicial vamos tenemos la televisión, la política y otras muchas clases de porquería socialmente aceptada que afecta igual, pero cada quien es libre de hacer de su vida lo que quiera, yo ya no voy a ahondar más porque no tiene caso.
Lo preocupante es el rezago a que se hacen acreedores los fumadores, cual leprosos o apestados. Que hay de los dueños de dos o tres autos o de camionetas cuatro x cuatro, seguro contaminan más y afectan a sus hijos y al planeta en mayor proporción. Muchos dirán frotándose las manos, "que bueno que se los prohíban, que se chinguen, no soporto el humo de cigarro", sí pero esto es un principio, el mal de la intolerencia divide y afecta a todos, un mal día te pueden prohibir el escuchar cierta música, el decir palabrotas, el externar tu opinión, el defender lo que te hace humano.
Lo puedo entender en un restaurant, ¿pero en un pub? La atmósfera tenía su encanto los viernes después del trabajo entre nubes de cigarro. Ahora sin el olor a humo que servía de aromatizante se puede apreciar el verdadero aroma de estos antros que es un intenso olor a miados. Si vas al pub vas a tomar y socializar, si no quieres intoxicarte mejor elige otra parte en donde tu espacio de aire se mantenga incontaminado, lógico. Ahora si quieres fumar y el pub no tiene un jardín o un patio con calefacción tienes que salir a la calle y congelarte el culo fumando a la intemperie y soplarle el humo en la cara a los transeuntes que van pasando todo para no enfadar a los de adentro que se están empedando pero no quieren oler a humo de cigarro(?). Un café como bien lo sabe Jim Jarmush sabe mejor acompañado de un buen tabaco. Pero como dice el buen Giulio Palombo en el exterior del club o del bar, cuando te da el aire en la cara y se te sube más lo que has tomado es en donde encuentras la plática más interesante por complicidad.
El prohibir algo no disminuye su uso eso lo sabe todo el mundo. Muera la hipocresía, bienvenida la ilegalidad.