Aparecieron una mañana sobre la mesita de dibujo de mis mis hijas. No muchas, tal vez tres, caminando a lo largo. Mi hija mayor me llamó un poco consternada, había sobre su mesa tres hormigas. Le comenté que no tenía de que preocuparse, las hormigas se ocupan de sus asuntos y mientras se les moleste no te picarán. Este último asunto obviamente llamó de sobremanera su atención, ¿te picarán? Suelen las hormigas defenderse dando un piquete a sus agresores, que duele un poco y deja un círculo enrojecído que produce cierta comezón. Mientras las dejes tranquilas, le dije, no te harán nada, tan sólo buscan algo que comer. Recordé las veces que de niño, jugando, caí en algún hormiguero o el aplastar alguna bajo mi pulgar.
Al llegar mi esposa, se encontró con la historia de los piquetes de hormigas y la sopresa de nuestras nuevas visitantes, a lo que me recordó que en Inglaterra las hormigas no pican, a diferencia de México o Brasil. Pensé, que civilizadas y también desee, de ser hormiga, no perder nunca la capacidad de picar.
