Empieza a inflarlos temprano y como a las diez se va al parque, a un lado del quiosco donde ha vendido por varios años frente al de los helados. Trae blogos para todo gusto, transparentes de colores y plumón pintado muy setenteros, los románticos, delfines, ballenas y trae metálicos de pikachú, bolt y shrek. Redondos y también de formas caprichosas.