Los seres humanos son perceptores, pero el mundo que perciben es una ilusión: una ilusión creada por la descripción que les contaron desde el momento que nacieron. Así pues, el mundo que su corazón quiere sostener es, en esencia, un mundo creado por una descripción que tiene reglas dogmáticas e inviolables, reglas que la razón aprende a aceptar y a defender.
Carlos Castaneda