Era 1996, el mes ya no lo recuerda, lo ha querido olvidar por mucho tiempo. Llegando a su casa de un mal día en la universidad, tan pronto cruzando la puerta su compañero de departamento le informó que le habían llamado. Tanto tiempo espero que ella lo hiciera, que ya había perdido toda esperanza. Andaba por los pasillos de la facultad representando una imágen patética, sin arreglarse, embadurnando los asientos de pena por si mismo. La llamo de inmediato, sabiendo en el fondo que ella le diría que entre ellos todo estaba terminado. 'Todo lo que he hecho es defraudarte' fueron las únicas palabras que recuerda de la conversación, él en un momento: bueno, está bien; antes de colgar: no me dejes. Un silencio que debió haber sido de segundos pero que parecía un siglo, luego adiós. Después de eso colgar el teléfono, dejar caer su frente sobre el teclado del ordenador. Terriblemente vacío, liberado y con el continuo zumbido de un modem 28.8k en sus oídos.