Algo que seguro produce repudio es confesar que uno mismo se encuentra aburrido o triste. No a modo de queja ni achacándolo a alguna condición o circunstancia sino aceptándose no satisfecho. Sin tratar de huir de esa apatía que no se sabe bien a ciencia cierta porque viene. No es cool sentir tristeza y quedarse con ella reconociéndola aunque no sea del completo agrado. Hay pocas cosas tan mal aceptadas en nuestra sociedad como alguien que se autonombra harto.
En un medio en donde la autocomplacencia y la vanidad son ley, estar triste es ser un paria. No tiene motivación de compra el afligido.