Thursday, 27 July 2017

Nada Personal -Soda Stereo-

Corría el año de 1987, las listas de popularidad estaban encabezadas por temas como “De mi enamórate” de Daniela Romo o  “Doce Rosas” de Lorenzo Antonio. El pop en español no pasaba su mejor momento. Se tenia realmente que buscar para encontrar algo nuevo, diferente, incluso el pop en inglés nos regalaba “Dancing on the ceiling” o “Nothing’s gonna stop us now”, que si bien forman parte importante de la juventud de mi generación ni por asomo se acercaban a los temas populares de digamos una década anterior y su trascendencia.
Así que una noche me encontraba tarde en mi cuarto viendo la televisión sin mucho entusiasmo cuando me encontré con una repetición del festival de Viña del mar en Chile. Generalmente estas transmisiones tan solo daban espacio a los ídolos que aparecían cada fin de semana en ‘Siempre en Domingo” pero recuerdo escuchar a esta banda, con cabello largo a lo The Cure, guitarrista vocalista, bajista y baterista con actitud cantando … ‘telarañaas, sueño con telarañaas, telarañas, que cuelgan de mi’  wow, era rock, era un tema obscuro (si se toman cuanta lo que se escuchaba en la radio comercial) ¡y estaba cantado en español! Se trataba de Soda Stereo.
Soda Stereo acababa de sacar su disco “Signos” pero la mayoría del set que tocaron en Viña del Mar eran de sus discos anteriores, el público de Chile parecía más familiarizado con los temas de “Nada Personal”.
Al día siguiente fui a la tienda de discos a buscar algo de Soda Stereo pero nada. Pregunté a mi amigo el rober (quién tenía buenos gustos musicales y cuyo papá trabajaba para la CBS) si los conocía y para mi sorpresa contestó que si, que tenía el “Nada Personal” (1985). El rober me grabó un cassette que escuché y escuché y se convirtió en mi favorito, meses después pude conseguir “Signos” y todo lo que pude. El disco es muy bueno, cada tema, si acaso la batería eléctrica suena desfasada, tiene el sonido muy de los ochentas (así como el arte de la portada).

“Nada Personal” me hizo descubrir que se podía hacer excelente rock / pop en español, Soda Stereo me abrió los ojos y me despejó la idea preconcebida de que el rock / pop en español era inferior al anglosajón. A los 15 años de edad que tenía entonces descubrir la posibilidad de escuchar e incluso, porque no, tocar rock con letras en español. Después llegarían a México una cantidad de grupos Españoles y Argentinos en su mayoría en una ola que la disquera BMG Ariola denominó “Rock en tu idioma”. Descubrir todas estas bandas de un solo golpe fue muy divertido y enriquecedor. Las tardeadas de la secundaria se volvieron un poco, tan solo un poco más alternativas y diversas. 



Monday, 15 May 2017

In a Silent Way -Miles Davis-

In a Silent way, el álbum de 1969 de Miles Davis crea toda una atmósfera, suave pero inquietante. En "Shhh" el primer tema, el ritmo constante lo marcan los hi hats  de Tony Williams y las breves notas de Dave Holland en el bajo. Van apareciendo en notas dispersas los teclados de Herbie Hancock y Chick Corea, interconectándose, creando una capa sobre la cual se despliegua la trompeta de Miles Davis por todo lo alto. Surge la guitarra del recién llegado de Inglaterra; John McLaughlin. Todos los sonidos con espacio suficiente conviven sin apresurarse, llevándose unos a los otros sobre la composición de Josef Zawinul que es invitado a tocar el órgano eléctrico en esta memorable sesión de jazz.
Davis, jugaba, experimentaba con los instrumentos eléctricos un año antes del épico Bitches Brew que grabaría repitiendo con algunos de estos magníficos músicos. Wayne Shorter se une al tema abridor "Shhh" con un maravilloso solo de saxofón. Shorter y Zawinul tocarían juntos en la banda Wether Report unos años más tarde, en este album empiezan a experimentar dirigidos por la experiencia y creatividad de Miles Davis que como a lo largo de su carrera se reinventa nuevamente. En los 10 años desde Kind of blue, Davis y su nueva encarnación de banda se encuentran a años luz, abriendo camino a lo que más tarde se conocería como jazz fusión.

In a Silent Way
Miles Davis
CBS
1969





Tuesday, 2 May 2017

Nancy & Lee -Nancy Sinatra & Lee Hazlewood-

Nancy & Lee podría parecer un disco más de la década de los sesentas pero hay que poner atención para captar las capas de kitsch y orquestales que abarcan esta obra.
El tema que abre este album es “You’ve lost that lovin’ feelin’ “ en tema clásico de Phil Spector, Cynthia Well y Barry Mann. Esta versión cuanta con un piano y un arreglo muy sutil de cuerdas, ritmo suave y lascivo. Desde el primer corte sabemos que entre Nancy Sinatra y Lee Hazlewood había algo. No se si de la colaboración en este disco surgió una relación amorosa o simplemente la electricidad entre los participantes se logró transmitir a los surcos del vinilo.”Elusive dreams” es un tema que tiene una historia, de lo que trata es lo de menos, es el intercambio y colaboración entre las voces que hacen este tema trascendental. La letra es chistosa, la instrumentación y producción son impecables.
A golpe de pandero entra “Greenwich village folk song salesman” ¿qué decir de un tema con este título? Simplemente genial. Lo absurdo pernea esta obra pero en lugar de volverla tonta la enriquece. La voz de Nancy Sinatra es tan cuidada en este tema, hay un eco que permite espacio suficiente para ella y la voz de Lee Hazlewood. En eso entra “Summer wine” y es momento de sentarse y escuchar, no hacer nada, escuchar con atención, un tema épico si los hay. Maravillosos arreglos de cuerdas y un beat constante que lleva el tema como si en el lomo de un caballo fuera montado. Cuantas comparaciones podrían hacerse sobre este misterioso vino de verano. El tema sigue y la orquesta va entrando de a poco y la historia va haciéndose más interesante y el crescendo va enmarcado por las trompetas y violines que flotan por sobre los coros. Maravilla.
Para cerrar el lado uno tenemos “Storybook children” que es una balada suave que permite un respiro después de la emoción del viaje que fue “Summer wine”. 
Sobre este disco, Lee Hazlewood, productor del mismo, comentó: ‘Logré que la hija de Frank Sinatra sonara como una chica dura’ pero Nancy Sinatra además de ser la hija de Frank (que peso cargar con semejante nombre) ya había demostrado su habilidad para el pop con “These boots are made for walking” gran tema en donde por cierto Carol Kaye, la increíble bajista, toca la parte dedicada al bajo eléctrico.
Mi copia de Nancy & Lee es una impresión de Australia por la compañía fonográfica Reprise. Esta compañía produjo maravillosos discos en lo referente al sonido. Los ingenieros a cargo de este proyecto fueron Eddie Brackett en Hollywood y Londres y Jim Malloy en Nashville.
“Sundown, sundown” es un maravilloso tema que bien podría ser interpretado por una banda indie en estos días y sonar actual. “Jackson” es el segundo corte del lado B. Si, la misma “Jackson” que interpretaran Johnny Cash y June Carter tan solo unos meses antes. Esta versión va un poco más despacio y tiene una guitarra con pedal muy country y armónica. ‘We got married in a fever…’ las voces de Nancy y Lee van perfectas. Ya para el final del tema hay un coro que constantemente repite “Jackson”, un tanto inquietante.
Ahora tenemos “Some velvet morning” otro tema maravilloso, country, literario, desértico, alucinante. Lee Hazlewood fue llamado en sus días el vaquero psicodélico y con este tema podemos entender porque. la orquestación nos recuerda que estamos escuchando una grabación de 1968. Finales de la década dorada. Como un sueño que se va acabando y que nos inquieta en su desenlace. Dos partes del tema son interpretadas en distintas ocasiones por uno y otro vocalista, literalmente alucinatorio.
“Sand” es otra historia con extranjeros, personajes inusuales que habitan las letras de estas canciones. Las percusiones de fondo crean una muy suave pared de sonido que despliega como pantalla la película de la historia. La grabación de la guitarra en reversa como hicieron The Beatles unos años antes con “Tomorrow never knows” da un toque diferente, provee de una cualidad de ensueño que pernea todo el album… she called me sand.
“Lady bird” habla del cielo, las aves, la luna. Por momentos la orquestación me transporta a algún momento de mi infancia al escuchar a Burt Bacharach. “Lady bird” fluye y crea una sensación de ligereza muy relativa al volar como en la letra del tema. Violines por lo alto.
La portada del album es extraordinaria, la foto y el concepto son de Ron Joy que logró retratar una época entera en la portada del disco.

Nancy & Lee cierra con “I’ve been down so long (it look like up to me) con un estilo country pero con todo el sabor glamoroso y urbano de los años sesentas. Termina el tema en una plática, un poco bromeando, riendo. Este disco es sónicamente como la foto de la portada; un momento feliz detenido en el tiempo.

Nancy & Lee
Nancy Sinatra & Lee Hazlewood
Reprise records
1968


Friday, 28 April 2017

Zuma -Neil Young with Crazy Horse-

  Allá por 1975 Neil Young atravesaba una etapa obscura. Después del éxito de Harvest, Young se encontraba confundido por la fama, el éxito, los reflectores, siendo él tan intimista. 

El cambio es una constante en la prolífica obra de Neil Young, un esfuerzo por no repetirse. After the gold rush fue el disco que catapulta a Neil Young como un naciente gran artista, sin olvidar por supuesto su obra anterior con Buffalo Springfield y Crosby, Stills, Nash and Young. Una época de grandes composiciones, coqueteos con distintos estilos musicales y trabajos con su banda Crazy Horse.
Harvest, con sus temas bucólicos y reflexivos, ha sido hasta la fecha su disco más popular. Número uno en las listas de Estados Unidos y Gran Bretaña, con grandes ventas prácticamente en todo el mundo. La insatisfacción y este no querer quedarse quieto impulsaron a Neil Young a excavar en sus melancólicas profundidades. Tras las muertes de Danny Whitten y de su roadie y amigo Bruce Berry por sobredosis, Young se encontraba en un estado muy complejo, lo que impulsaría a producir tres álbumes que son conocidos como the ditch trilogy, la trilogía de la zanja. En Times fades away, Tonight’s the nightOn the beach podemos apreciar a un Neil Young sacando los demonios, escribiendo, tocando, escupiendo al mercado deseoso que repitiera un Harvest, una obra obscura y fascinante.
On the beach, en lo particular me parece sublime pero hablaremos de ese vinilo en otra ocasión. Hoy quiero recomendar Zuma, el disco / medicina que Young produce no sabemos si consciente o inconscientemente para salir del hoyo metafórico en que se encontraba. Para embarcarse en el proyecto de Zuma, Young recurre a sus viejos amigos de Crazy Horse y con la guitarra de Frank Sampedro ahora presenta un album con características más ligeras. Los temas no son superficiales en lo absoluto pero denotan una intención de salir de la noche, un nuevo comienzo. "Don’t cry no tears" es el primer tema del album con su ritmo upbeat y la letra liberadora. Siguen "Danger bird", "Pardon my heart", "Lookin’ for a love" (aquí Young nos entrega una letra enseñadora relativa a la adolescencia y la búsqueda del amor). Cierra el lado A con "Barstool blues".
El lado B abre con "Stupid girl" que si acaso podría pasar por uno de los temas menores, remite fuertemente al grunge que se encontraba en 1975 aún muy lejano. Le sigue "Drive back" hasta llegar a "Cortez the killer", enorme tema con un solo de guitarra de Young desgarrador y templado. Un tema de rock sobre la conquista de América y la llegada de los colonizadores españoles, Hernán Cortés. Un dolido lamento por la muerte de tanta gente y la tragedia del colapso de una civilización. Todo el album es recomendable y posee cierto balance entre los temas. "Cortés the killer" por si sola vale la pena. 
Hay que mencionar que Neil Young es un audiófilo y fiel creyente del sonido análogo y la producción de sus discos posee siempre atención al detalle. Cada vez que pongo Zuma en el tocadiscos es como si Neil Young y Crazy Horse estuvieran tocando en la habitación. Cierra este maravilloso disco "Through my sails", una balada anterior a las grabaciones de este album en donde Young canta acompañado de Crosby, Stills and Nash . Un tema suave y rítmico que acaricia después del viaje intenso que es “Cortez the killer”.

Zuma
Neil Young with Crazy Horse
Reprise Records
1975


Wednesday, 26 April 2017

Purple Rain - Prince -

 Puedo decir que en lo personal 1984 fue un año muy importante, musicalmente hablando. Los videos musicales, estas películas de unos cuantos minutos, con sus historias y luces de neón ofrecían entretenimiento y posibilidades de creación. Mis dos cosas favoritas en aquel entonces, música y películas, extraordinario.
Veía puntualmente los dos programas que pasaban videos musicales, cuadrículas que apuntaban hacia MTV y el nuevo formato musical. Los grababa en cassettes betamax y los veía una y otra vez. Estando tan enamorado del cine y de la música era natural mi fascinación por los videos musicales de soundtracks de películas. "Footloose" de Kenny Loggins, "Against all odds" de Phil Collins, "Cruel summer" de Bananarama pero ninguno me inquietaba como "Let's go crazy" de la banda sonora de Purple Rain de Prince and the Revolution. Además de ser una canción divertida, la intro de la canción como sermón irreverente entre nubes de humo púrpura. Algo prohibido, rebelde, en si la calidad de la cinta e iluminación dan un halo sucio al video. Todas estas escenas de la película editados mostrando a este extraño personaje, poseído en el escenario, en su motocicleta con Apolonia Kotero en el asiento trasero, y esa música con ese beat rápido muy pop.


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El fin de año de 1984 me levanté muy temprano, estaba emocionado. Ese día, la estación de radio que escuchaba pasaría un maratón de varias horas, un conteo de lo mejor del año. Me propuse seguir todo el conteo, tenía mi grabadora lista, cassettes, mi libreta y mi pluma bic. Fue un conteo largo, pasaron horas, gansitos, coca-colas, Foreigner, The Cars, grupos que no conocía. En las últimas posiciones apareció "I would die for you", yo aprendía Inglés en ese entonces y trataba de escribir lo mejor posible lo que mal pronunciaban los locutores de Estéreo Oro. Más adelante en el conteo aparecieron "Purple Rain" con todo su drama e increíble solo de guitarra y "Let's go crazy", estas dos canciones las conocía bien por los videos que pasaban en canal 5. Prince llevaba ya igual número de sencillos que Bruce Springsteen y me preguntaba yo si en verdad el album sería tan bueno. Ya para el top ten estaba cansado y curioso por saber quien estaría en las primeras posiciones y aun más quién sería el número 1. Entre miles de comerciales llegó el momento de presentar la tan esperada primera posición. Se trataba de "When doves Cry" un increíble solo de guitarra de introducción con una de las más memorables figuras en los teclados, letra desgarradora y sincera, desesperada.

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Mirando sin mucho entusiasmo la app de discogs, entre los discos nuevos en la lista estaba un Purple Rain de Prince and The Revolution por £3.40. Seguí de largo, mi pulgar siguió deslizando haciendo pasar los thumbnails de las ofertas en vinyl. Me detuve y mi pulgar en dos movimientos trajo la pantalla con la oferta de regreso. Tres libras con cuarenta peniques. No había un solo disco en la lista que bajara de las diez libras y estamos hablando del vinilo de Purple Rain, un clásico, a un día del aniversario luctuoso de Prince. Chequé que la información fuera la correcta, una, dos, tres veces. Si, ese era el precio, edición británica original de 1984. Llegó la conformación, lo que había que pagar por el envío era mínimo. Una fracción de lo que generalmente cuesta. Pagué de inmediato. Más tarde me puse a escarbar en la cuenta del vendedor. El precio de envío no estaba especificado, el perfil del vendedor no tenía foto y ya fijándome bien no tenía ni un comentario positivo o negativo y aun tratando de investigar más en la lista de su colección personal aparecía un solo album en todos los formatos posibles, cd, cassette, cartucho. ¿Quién tendría en su colección un mismo album, en todos los formatos y nada más? Había seguramente sido timado, de ninguna manera alguien se desharía de un vinilo de Purple Rain en excelente estado por ese precio, que iluso había sido. Si, el vendedor era nuevo, llevaba un mes pero era todo un truco, me habían timado. Le mandé un mensaje al vendedor el día siguiente preguntando cuando enviaría el disco. Su respuesta fue un solitario y rotundo 'today'. Nada más. Ni una especificación, ni un detalle. Un fraude definitivamente. Empezé a buscar en internet como recuperar mi dinero, reclamar un reembolso. Había que esperar algunos días para iniciar un proceso así. Esperé, sintiéndome defraudado esperé. Realmente tenía ganas de escuchar el album. las capas de sonido, lo funky, los pasajes de guitarra, la historia de "Darling Nikky". Hacía años que no escuchaba Purple Rain en vinilo, me imaginaba los sintetizadores, la batería programada, como sonarían los distintos registros de la voz de Prince.
Temprano, el sábado por la mañana tocaron a la puerta y el nuevo cartero me entregó un paquete mal empacado, cuadrado y plano que contenía finalmente el disco de 1984 de Prince and The Revolution.
                                               
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"Let's go crazy" comienza con el acorde del teclado que recuerda a un órgano de iglesia y en eso entra la voz del predicador, Prince, que advierte sobre lo que se está a punto de escuchar. Es el tema perfecto para introducirnos en lo que será Purple Rain. Un tema rápido y divertido que marca el tono. Le sigue "Take me with you" a dueto con Apolonia Kotero, este es el primer album en donde Prince comparte créditos con su banda. El tema comienza con una suerte de solo de batería y un teclado dramático que dan paso a un ritmo más lento. Las letras cargadas de erotismo empiezan a asomar y es de comentar esas capas de sonidos entre la guitarra, las cuerdas, la batería programada y ese sonido de campana, genial. Al final tenemos la carrera de percusiones y el teclado inquietante nuevamente, mezclándose con el beat más suave. "The beautiful ones" es una balada soul  en donde podemos reconocer muchas de las inflecciones de voz que Prince utilizará más adelante en su carrera. "Computer blue" y "Darling Nikki" es donde Prince empieza a utilizar su narrativa más erótica. "Darling Nikki" con su explícita historia provocó que se formara el Parents Music Resource Center encargado de censurar cualquier forma de música que sacudiera el pudor y las buenas costumbres. El lado dos abre con "When Doves Cry" con la magnífica intro de guitarra, teclados y la clásica batería programada. Prince decidió prescindir del bajo para que la canción sonara diferente a todo, y lo logró. La angustia en este tema no suena exagerado, es abierta y tiene esos gritos al final, sin embargo el beat y los teclados lo vuelven todo más ligero operático pero dulzón. Continua "I  would die 4 U" balada un tanto cursi con muy buena aceptación comercial. "Baby I'm a star" es muy divertida, hace uso del arsenal de sonidos, un tema más funky, divertido que nos prepara para el gran final que es "Purple Rain" este tema combinación de gospel y rock que se convertiría en una de los temas más representativos de Prince y que demostraron sus habilidades en la guitarra con el magnifico solo. El tema termina con un solo de piano y las cuerdas de la orquesta dejando diluir la intensidad del tema.

Purple Rain 
Prince and The Revolution
Warner Bros. Records
1984



Friday, 27 January 2017

Este track nunca ha sonado tan actual.

The White Stripes - 'Icky Thump'




Friday, 20 January 2017