-Me cuenta David Ruiz
que alguien le dijo
que alguna vez
Paul Auster estaba escribiendo
un cuento sensacional,
se sentía tan satisfecho,
un genio,
en eso,
salio al jardín
y se encontró con su hija
que lo llevó de la mano
para enseñarle
la enorme cagada
que se había hecho apenas
en el jardín.-
Sabias palabras.
Tú como yo, también cagas.
Y con las manos en las rodillas
con el culo al aire
de aguilita
o en la tierra
también te desprendes
un poco de tí mismo
devuelves al origen
tus pretenciones de alto vuelo
y tu ego,
tus deseos y tus miedos.
Y aunque no lo quieras
existe tu foto tomada
por las cctv cámaras
o por algún pinche ocioso
y un día de verano
cuando más seguro te sientas
sera transmitida
a nivel planetario
en los sueños del mundo
para que todos la reconozcan;
tu cagada.
