Los periódicos como las personas, nos dicen cosas cotidianas, del mundo y por supuesto de nosotros mismos. Por eso al leer las noticias tan efímeras; me identifico confundido como el resto de aquellos que aparecen en El Excélsior, El Clarín y los que no aparecemos en El País, El Universal, o la ¡Hola!, y los que escriben en el Washington Post y en el Corriere della Sera; que convivimos en este revoltijo en este instánte, con la cantidad de cosas desagradables que pasan y con aquellas otras por las cuales vale la pena vivir.