No le había puesto atención antes, en todos los años en que viví en Xalapa era un comentario común el taparse de la corriente de aire. En mi infancia el clima era muy distinto, la Atenas veracruzana era famosa por la neblina que le daba un aire místico y contribuía a la reflexión de sus habitantes que se inspiraban para las artes y la cátedra, ahora el clima es muy diferente, será el calentamiento global o la salvaje tala de árboles en los alrededores, en especial en El Cofre de Perote. Hace varias décadas hacía frio y un constante chipi-chipi (llovizna). En ese entonces cuando te disponías a salir a jugar futbol o a la tienda por unos pingüinos la abuela o cualquier persona mayor que se encontrara más cerca te recomendaba: tápate no te vayas a resfriar, mijo. La costumbre sigue aún cuando el clima es ahora casi tropical.
Los bebés recién nacidos solían ser sacados a la calle sólo si previamente habían sido envueltos como tamal, con gorro y cobija tejida aunque los infantes mostraran gotas de sudor escurriéndose por la frente y lucieran cachetes rojos como jitomates.
Ahora con nuestra bebé, todo mundo, aún en la calle nos recomienda: tápela que hace frio. Como explicarles que venimos de Bristol en donde hace apenas unas semanas estaba nevando y en donde tienes que salir llueva o esté helando porque si no... pues no sales nunca. Como decirles: nooombre si aquí hace calorcito, esto no es frio oiga. No tendría caso explicarles porque de cualquier manera no escucharían, el miedo a la corriente de aire se encuentra muy arraigado, de hecho ahora que lo pienso yo me enfermé varias veces de gripa por la mentada corriente de aire que pensándolo bien ¿cómo habría de enfermarme si no era un aire gélido del norte que me diera de frente toda la noche?
Es mas bien una idea, y las ideas si generalizadas y bien acentadas pueden convencerte facilmente. En especial si eres de mente débil. Atchuuú.