Friday 2 November 2007

Reivindicación de las palomitas para las masas

Durante años las palomitas de maíz han sido la compañía ideal para cualquier película. Podrás ir en retiro al cine y fundirte en la oscuridad de la sala con las soledades de los demás asistentes pero si tienes una bolsa de rosetas de maíz siempre estaras acompañado. Dice Anabel Lorca que mientras veía Mullholland Drive el tronido de una palomita al ser masticada le abrió el entendimiento para poder comprender el significado de la obra de David Lynch. Las palomas, rosetas, rositas, pop corn, crispetas, cotufas, canchitas, cabritas, pipocas, pochoclo, pop, pororo, millo, canguil deben hacerse con maíz reventón, aceite vegetal y sal. Según la Wikipedia en las ciudades prehispánicas de México se preparaba momochtli introduciendo maíz a ollas calientes. La costumbre de comer palomas en los cines se pone de moda en Estados Unidos desde 1912. Del maíz inflado deriva el término palomeras utilizado para describir películas que sin ser muy buenas abren la posibilidad al disfrute de la experiencia del cine por el cine mismo sin el deleite estético o intelectual de la obra. Las palomucas son económicas, siendo un cereal tiene propiedades alimenticias, en detrimento a lo saludable podriamos mencionar la harta sal y el aceite o la mantequilla derretida o hasta la salsa valentina que le dan ese toque picosón. La propuesta inútil de este blog es el no limitar el consumo del pochoclo y su hechicero aroma al ámbito del cine. Consumamos, para sorpresa del agobio, maíz inflado en los lugares menos pensados. Que resuenen los crack crack crack de la masticación en la sala de cabildos, durante el exámen final de teoría económica 2, mientras escuchas las penas de tus amigos, mientras esperas en la cola del banco.