La honestidad del Cease to Begin de Band of Horses les permite cantar líneas como
the world is such a wonderful placeo
no one's gonna love you like I doy no sonar terriblemente cursis. La mudanza de Seattle al sur de California ha influido en este su segundo disco. Los arpegios y rasgueos son constantes pero si se busca un Funeral del primer album se puede uno decepcionar. La influencia californiana proveé un tono un poco country mezclado con una atmósfera otoñal.
Es indie norteamericano sin arrogancia, la voz con reverb de Ridwell transmite ecos pueblerinos y emociones sutiles. La imágen de la banda es de viajeros, hasta un tanto de hobbos lo que quita el filo de pretención y provee un valemadrismo muy fresco tan necesario en un medio musical tan saturado de imágen.
La rola abridora y primer sencillo Is there a ghost es, si se quiere, básica, unas cuantas notas que cumplen el principio primordial de transmitir emoción, algo que bujuju ya no se da en los árboles.