Por no se que razón, hoy trabajé más que otros dias, sospecho que por masoquista. No tenía que hacerlo porque esta es la última semana antes de salir de vacaciones de navidad, todos en la oficina se la pasaron platicando y comiendo chocolates. Será la inercia a llevar la contraria, pero no paré en todo el día. Después de una semana sin tomar una chela y fumar por la ojeta tos que se empecinó en atacarme todo se ve como plano, lo bueno es que hoy acabo de tomarme los antibióticos y con el frío que está haciendo no veo mas futuro que tragar y jugar con los juguetes que se digne a traerme santa. Eso sí, hoy no fui formal al trabajo, me llevé mi playera de robots asesinos con jeans y tenis, que no mamen. Me preocupa un poco rendir en el trabajo más de lo que se supone, porque los colegas empiezan a pensar que intento escalar en el organigrama, lo cual que me tiene sin cuidado pero levanta sospechas.
Mi estómago está revuelto, el picante me cae como bomba, y para acabarla he estado leyendo mis post anteriores (no se los recomiendo) y me parecen unos tan ajenos y otros tan cursis. Carajo, y con lo que me choca escribir acerca de mi.
Lo único positivo es que he estado leyendo bastante y conseguí unos buenos libros; un edición de Picador de The Border Trilogy de Cormac McCarthy, un tomo barato de segunda mano pero muy decente de Tough Man Don't Dance como homenaje póstumo a Norman Mailer y The Human Stain de Philip Roth. También me he procurado música de este año que no había conseguido, pero ese será material para otro post, mientras tanto cough, cough, cough, también me anda doliendo una muela.