Wednesday, 19 December 2007

Un punto fijo

Muchas veces nuestra mente nos juega bromas, que pueden ser varias cosas menos chistosas. Me acabo de despertar de una breve siesta y soñaba que me encontraba viviendo en un pequeño departamento muy parecido al que habité alguna vez. Era casi como estar de nuevo ahí, de hecho había una canción que sonaba en mi mente, una canción pasada y en mi sueño pretendía ir a buscarla, sabía donde tenía los cassettes y hasta el color y marca en el que se encontraba grabada, había también por cierto personas de que tienen que ver con ese cierto momento. El departamento era otro, parecido pero no el mismo y tan sólo por un ligero vistazo al exterior me di cuenta que estaba muy cerca, no en la misma calle donde se encontró aquel que existió o existe en la realidad.
A lo que voy es que en el sueño se veía algo de mi pasado, pareciendo otro, nuevo pero que me remitía a sentimientos lejanos. No era una situación específica la que regresó o un lugar, sino un rumbo, un punto cercano, que sospecho se encuentra en esa calle que soñe pero siendo sinceros se localiza en un lugar de mi cerebro, que tiene que ver con sentimientos de autocompasión e inconciencia que tienen ahora sí; su correspondiente en el mundo material.
Y por eso vivimos en determinados lugares y conocemos a determinadas personas, porque estamos viviendo en un lugar fijo de nuestro cerebro o para ser más específico de nuestra conciencia. El habitar ese lugar etéreo determina nuestra realidad, nuestros sentimientos e ideas nos mantienen fijos y entonces la realidad nos obedece trayéndonos todo aquello que se relaciona, sean cosas, personas, sentimientos, olores.
Hasta ahi no habría problema, nosotros determinaríamos el lugar en el que nos encontramos por nuestro estado presente, y sería nuestra eleccion aprender, quedarnos ahí largo tiempo, para siempre o movernos. Sólo que habiendo tantas posibilidades sería una lástima agotar un pequeño punto de la conciencia por toda una vida.