Extraña

A un beat sincopado se desarrollaron los hechos. La caligrafía tranquila no lo era entonces tanto. Sudando los labios. La tan extraña mujer de zapatillas. Los demás detalles desaparecían. El abrigo largo, la melena despeinada. La inquietud que en la noche se mezclaba. Lugares comúnes todo el tiempo, gente dialogando no tanto, reflejándose mas bien en su celular recién comprado. La miraba a través de las bebidas de colores de quienes se encontraban en la barra. La miraba porque yo estaba sólo y ella no tenía compañía, por distraerme porque iniciar plática no me apetecía. La mujer tomaba martinis de un solo trago, sin comer la aceituna. Fumaba uno de esos cigarros largos delgados que consumen las mujeres fatales. Pidió fuego a un extraño. Pero el cigarrillo permanecía intacto a pesar del fuego aspirado. La mujer extraña en su sitio se fue consumiendo como tabaco.