Thursday 19 June 2008

Archivo muerto

Timoteo Mejía llegó un poco crudo al trabajo. Mas bien llegó todavía un poco borracho ya que el convivio no terminó hasta las cuatro de la madrugada, lo que le permitió pestañear apenas, llegando a la chamba a eso de las 11, con aliento a centavo y con un dolor de cabeza horrible. No recordaba que tenía pendiente un encargo del licenciado y que debía dejarlo sobre el escritorio del mero, mero a las 4:00 P.M., cuando mas tarde. Cada golpe al teclado le taladraba el cerebro. Los colegas no dejaban pasar la oportunidad para soltarle mientras pasaban a su lado un: ¡échale agua! o, ¡ponle hielos! haciendo mofa de su terrible tufo a bacachí blanco que comenzaba a transpirar profusamente.
Descansando una lata de coca-cola fria recién salida de la máquina expendedora sobre su afiebrada frente, buscó consuelo con la Márgara; 'Aso manita, no tendrás una aspirina o un alka-seltzer que me pases' a lo que la Márgara respondió; 'tengo algo mejor' abriendo el cajón inferior de su pesado escritorio de lámina. 'Íra, tómate dos de estas y ya estuvo' recomendó. '¿Qué son tú?' preguntó el Tim, 'son rebuenas' fue todo lo que respondió Margareichón; 'te quitan el dolor en diez minutos'. Tim se pasó ambas ayudado de un trago de coca-cola. En eso, las muchachas de la oficina que siempre están atentas empezaron a sacar cada una diferentes tipos de pastillas para cualquier malestar, el Tim aprovechando que bebía su gaseosa se tomó otras dos que la Gabys prometía milagrosas. Doña Meche le dijo, 'no, mira mijo, si estas crudito tómate una saldiuvas', mientras estiraba su brazo mostrando un sobrecito arrugado que de viejo parecía tener más de 10 años de guardado en el mismo cajón. Así fue Timoteo haciéndose su cocktelito para la migraña, para luego irse a aplotronar en su silla giratoria haciéndo semicírculos inquietos y empezando a tirar rollo en su reporte.
Ya sin saber que fue lo que le hizo efecto, su dolor de cabeza disminuyó y se empezó a sentir un poco eufórico y hasta echaba carrilla a las compañeras. En lo que le parecieron de 5 minutos a una hora se percató que aunque en su mente se habían presentado discursos brillantes y coherentes para justificar los gastos del ejercicio, en realidad tan solo había escrito una línea que a su mirada parecía moverse como hilera de hormigas. El pendejo del Gabino que siempre lo anda chingando le dio un zape al vuelo mientras le decía 'como te caerían unos chilaquilitos mi buen'. El zape ocasionó que en su cabeza se mezclaran los colores de su paleta visual, cual si fuera aplicación del drawing tool con virus. 'No manches pinchi Gabino' logro soltar para escuchar su propia voz distorsionada y las miradas preocupadas de sus compañeras, todas fijas en su persona. Dio un respiro profundo que le hinchó la panza y puso al límite más de dos botones y siguió dizque trabajando, aparentando que no le pasaba nada. Pero en eso los clips se pusieron en formación de 4-4-2 y mientras una gorda gota de sudor se le escurría de la sien en cámara lenta hasta alcanzar la superficie de triplay reforzado haciendo un fuerte splash!, una goma Pelikan le fue borrando la realidad.



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