Va pasando el carrito de las verduras. Desde arriba de la calle de Guerrero puedes escuchar el rasposo sonido de los puros twiters de la camioneta con la colegiala, linda colegiala de música de fondo, invitando: Pásele seño le traemos el plátano roatán, jitomate de bola pa' la salsa, pásele señora, señorita, le tremos naranja de Martínez de la Torre a la comodidad de su hogar, nomás pida nosotros se lo surtimos. Después de una serie de albures varios se estaciona la destartalada camioneta a medio camino de la cuesta, y poco a poco se van acercando las amas de casa como hormiguitas, el chamaco abre la puerta trasera y se alista a la venta. La pregunta constante es, ¿y porqué tan cara la cebolla? a lo que el encargado responde; pos así nos llego seño. Las amas de casa o compran lo mínimo para la comida o de plano se regresan sin mercar.
Las ventas de Don Julio también han bajado, no crea, ya casi no vende por kilo sino de a 5 pesos o dos, de a montoncito. Lo que no ha bajado es la venta de Gamesa y de la Coca-Cola, esa si la siguen comprando, afirma, para darse juerza pa' la obra, bromea.
Da coraje deveras, los ricachones con sus camionetotas y uno sin poder prepararle algo sabroso a los chamacos, comenta doña Mago.
