Monday 14 January 2008

Billetes con publicidad

(Basado en una idea de David Ruiz cuando el futuro era aún ficción)

Truth is always strange, stranger than fiction
Lord Byron

Corría sin mucho entusiasmo el mes de junio del tiempo ocho años después del dos mil. La publicidad se encontraba en todas partes. El ojo que refleja la luz que más tarde el cerebro interpreta no tenía descanso. Grandes espectaculares cubrían el inmenso cielo azul. Esperanzas de convertirse en alguien mejor, largos autos deportivos, pesados anuncios de ferreterías, ventanas cuadradas y cerradas a ninguna parte.
Un día Paco Zorrilla se empezó a dar cuenta mientras comía, la fruta traía etiquetas; como si la tierra no nos la diera. Como si los humanos tuvieramos el copyright. Con las nuevas cámaras vigía se confirmaba, profética y escalofriántemente, lo que George Orwell había ya dicho alguna vez.
Otro día Paco Zorrilla mientras desayunaba leía el periódico que cada mañana adquiría en el puesto de revistas que estaba a un lado del Vips en donde no lo compraba. En letras muy pequeñas un titular: Muy pronto billetes con publicidad. La nota empezaba con apenas dos líneas que de inmediato remitían a la página 4-A.
En busca de conseguir más fondos se pretendía reemplazar a los héroes de los billetes por billantes logos empresariales. No tendría limites el espacio, estaría la marca de algún producto del cada vez más reducido universo de firmas. Esto a Paco Zorrilla le preocupaba.
Un día al recibir el cambio del periódico que todos los días compraba; cayó en sus manos uno de estos nuevos billetes. En una esquina superior enmarcado por un recuadro formado por cuatro líneas de papel perforado: 20% OFF con letras rojas y naranja sobre un fondo blanco. Era el descuento en un paquete alimenticio en una hamburguesería. Con ese mismo billete podías pagar por tu rápida comida. Haciéndote el favor, ellos, de que pagaras menos por lo que supuestamente valía más.
Cada vez se extendían con más fuerza los anuncios por el rectángulo, acaparando el poco oxígeno que les quedaba a los "héroes" por respirar. Ofertas, información, descuentos en celulares. Hasta que le pareció a Paco Zorrilla que esas etiquetas desde un primer momento a los grandes corporativos pertenecían. Las monedas eran como fichas.
Hasta que decidieron sacar de circulación el dinero y cambiarlo todo por una tarjeta de plástico.