El otro día practicando el menospreciado deporte del zapping la chica mascapalabras y yo nos detuvimos a ver un programa sobre un grupo de vegetarianos extremos que se limitan a comer solamente vegetales crudos. El título; Raw Food Junkies.
En fin, era la historia de varias personas, una terapeuta, una familia y una pareja principalmente. El tono del programa trataba de ser ligero, seguía a los protagonistas a su trabajo y se inmiscuía en su vida cotidiana. Hasta ahí todo bien. Sin embargo, el programa abría con una conferencia en donde se veía a un hippie de pelo largo y descalzo hablando muy emocionado sobre las bondades de consumir los vegetales y frutas crudas y una voz en off que alertaba sobre este comportamiento singular como si se tratara de una locura o un delito. Vaya, cada quien es libre de comer lo que quiera, la terapeuta se hacía unos jugos de distintas verduras y eso era lo que consumía durante toda la jornada, los jugos no se veían apetitosos, pero puedes ver la ventaja en cuanto a salud que te puedes procurar siguiendo esa práctica. Después una pareja muy rica (por lo que se notaba por su casa y forma de vida) realmente muy clavados en no comer nada que no fuera orgánico y crudo. Los cortes eran sin respiro y los comentarios (sin la pregunta que seguramente alguien hacía) eran seleccionados para darle un toque de incongruencia a las acciones. Se podía ver que era gente convencida de lo que hacía, pero el tono del programa apuntaba a provocar una respuesta negativa en los televidentes. No era una muestra objetiva de su comportamiento, era visiblemente guiado para provocar una reacción determinada.
Seguramento filmaron horas, siguiendo a los naturistas que se prestaron para mostrar sus costumbres y forma de vida, sin embargo, los segundos que fueron seleccionados y editados rapidamente no daban ni un solo comentario positivo y tal vez un balance.
Hace unos meses en NME salió una entrevista a Morrissey en donde se aseguraba que el era racista y había hecho serios comentarios hacia los inmigrantes. Unos dias despues Morrissey contesto en una larga nota que apareció en The Guardian asegurando que sus declaraciones habían sido tomadas fuera de contexto, es decir, si había dicho lo que se aseguraba pero en relación a otra pregunta y a un distinto planteamiento. Es terrible como los medios con todo el poder a su alcanze no tengan un poco de respeto a su profesión y se presten a corromper una declaración con tal de elevar las ventas y atraer lectores o televidentes. Es alterar la realidad, al final, no sabes que creer, es difícil leer entre líneas un texto o un video recortado exprofeso para no dejar huella alguna del sentido original. La propaganda personal o de sistemas utiliza lo que tenga a su alcanze para atraer seguidores, muchas veces de una obra reconocida como atrayente o dichos de personajes con destacadas vidas se descuartizan para dar lugar a dogmas y ejemplos a seguir.
Si para muchos la realidad es lo que aparece en la tele se torna muy fácil trastocarlo para dar un tono que sin un análisis profundo y personal se convierte de inmediato en "lo que es".
