El tiempo tal como lo medimos me ha parecido siempre algo arbitrario. Las horas, los minutos, los segundos. Habra habido un tiempo cuando los humanos respetábamos los estados de la tierra y las épocas de siembra y recolección, pero ya no, todo es rápido, la forma de comer sembrar y convivir.
Una sola visita a un mall la navidad fue suficiente para que tuviera un momento grinch y pensara que algo anda mal con nuestros relojes naturales. El invierno, sobre todo en un pais frio sería tiempo de retirarse e invernar como hacen tantos animales, pero lo que hacemos es salir y comprar, visitar a todo mundo, si bien porque es el único momento del año en que podemos hacerlo. La alimentación no es frugal sino se come más que en todo el año y el descanso es determinado por los espacios entre las fiestas y reuniones a las que tenemos que asistir.
El año pasado se fue muy rápido y al mismo tiempo me parece que duro una eternidad. Es como si Chronos le hubiera dado golpecitos al reloj de arena para que esta bajase mas rápido y luego a medio camino entre arriba y abajo lo hubiera dejado acostado un buen rato para que se asentara la arena para luego sacudirlo como maraca.