Wednesday, 12 March 2008

Clases de catecismo

Si fuera un infante, que por primera vez escucha sobre alguna religión que promete el paraíso como un lugar al que accedes después de una vida de sufimientos y viscicitudes, tal vez pensaría si tuviera cierta profundidad: pero si es la gloria que me promete la televisión, lo que puedo obtener con una tarjeta de crédito negra y fama, los contactos debidos, seguro y habilidad para la cacería; y sin sufrimiento, ñaah que.
A las iglesias les falta buen marketing para recuperar mercado. Las promesas no las cree ya nadie. El miedo ya no jala.