Wednesday, 5 March 2008

La guerra no es entretenimiento

La semana pasada, en todas las portadas de los periódicos todo lo que se encontraba era la foto de un joven soldado, cumpliendo su servicio en la provincia de Helmand, Afganistán. La noticia no hubiera tenido mas difusión si el mancebo soldado al que nos referimos no se hubiera tratado del príncipe Harry.
Las fotos lo muestran resuelto, con sus delgados lentes oscuros Sloany, su gorra de beisbol con la osada leyenda we do bad things to bad people, una delgada banda naranja alrededor de la muñeca, pechera de seda negra a rayas blancas, osea con estilo, barba de tres dias, el uniforme militar kaki militar y siempre una arma cerca o en la mano. Fotos y fotos. Además los videos de Youtube en donde se le ve gozoso disparando su ametralladora; ¡pásele a ver al héroe! Después de la terrible decepción de no haber podido acudir a Irak en el 2007, el príncipín al fin tuvo su oportunidad como controlador aéreo, es decir, responsable de reportar a los aviones de combate y helicópteros de ataque las posiciones de blanco vía radio de comunicaciones.
Pero cierta información se coló por internet de la ubicación del campamento y ni modo, el novicio combatiente tuvo que regresar a casita, mejor no arriesgar.
La dicha de ser un tierno madrevalista se puede ver reflejada en el rostro del mozo combatiente disparando ráfagas. Declara que esta situación tal vez es la única ocasión en donde ha sido y tal vez será tratado como persona normal. ¿Normal? ¿te cae?
La situación es emocionante, rodeado de jovenes valientes luchando por la libertad y la democracia, si no se tienen claros los orígenes y las causas de esta incursión militar.
En septiembre del 2006 las fuerzas Británicas atacaron y ocuparon lo que era una región pobre enfocada en la agricultura. Explotados por los barones del opio, estas comunidades sobrevivían produciendo amapola, la ocupación no trajo mas que muertes y borró de un golpe cualquier esperanza de desarrollo o alternativa alguna.
La táctica es altamente contradictoria, si de lo que se trata es de ganar corazones y liberar, la creciente muerte de civiles habla de sin sentidos y una lógica separada de la realidad.
Si no se tiene cierto nivel de introspección para cuestionar estas acciones es fácil caer en la lógica ñoña-rambo del; mi compañero era un valiente, un héroe que luchaba por la libertad y murió debido a los malos, porqué oh! porqué? oh Dios! riaaaaata taaaaaaa taaaaaaaaaa.
Y así los titulares se convierten en la propaganda perfecta para miles de bisoños sin educación o trabajo o mayor imaginación que enlistarse en el ejercito que por cierto cuenta con una inversión impresionante en producción de comerciales televisivos y difusión que hace ver el pertenecer al ejército = cool. Con una intensa campaña los domingos por las tardes cuando como adolescentes más hartos están de estar en su pueblo, con su familia y como revelación, ta daaaaa, el anuncio que puede cambiar tu vida. No mamar.
De cualquier forma, es difícil justificar la estupidez, pero siendo como somos responsables de nuestros actos, resulta aún más complicado escaparse y decir estee es que yo no sabía.
El héroe llegó a casa tuduuuuuuuuuu (fanfarrias, chale).