Ayer en la tarde pase un rato viendo el partido del Liverpool contra el Manchester United. Como estaba en Liverpool por el fin de semana resultaba más seguro apoyar al equipo local. Así que en el pub, sintiendo la complicidad empezaron a rolar los pints de lager. Una ronda, dos, ja ja ja, jo jo jo. Después de ir abajo en el marcador 1-0, Mascherano es expulsado por alegar con el árbitro ya que le estaban dando una tunda a Torres. Con la entrada de Tevez, en un muy buen movimiento táctico de Sir Alex Ferguson las cosas se ponían más difíciles. Dentro de la segunda mitad caerían dos goles más en la portería de Liverpool; un cabezaso de Cristiano Ronaldo y el último tanto un tiro de Nani. Todos mentaban madres al televisor y estuvo a punto de armarse una madriza tumultaria a un iluso que celebró un gol de Man Utd. Al final del juego quede tenso por el griterío y el conato de bronca y un poco salpicado de saliva de los fieles gritantes. También molesto, no tanto por el marcador final sino porque hubiera podido hacer cosas más interesantes, ¡carajo es la capital europea de la cultura del 2008! Lo más estúpido es que ni siquiera soy hincha, todo por ser comparsa de los cuates, ya un poco mareados salimos del pub a comer algo y ya se olvido sin embargo en las calles había varios grupos de scousers a los cuales no hubiera sido buena idea abordar bajo ningún pretexto a riesgo de ser aporreado.
Que absurdo trasladar todas tus expectativas y tu domingo libre en algo en lo que tu no tienes nada que ver, tan sólo por verte identificado por tus colores o tu ciudad, me parece extremadamente superficial y preocupante el que un mal resultado te pueda amargar tanto. El hecho de identificarte plenamente con una bandera, equipo, religión te encierra en una burbuja que te hace ver a los demás como contrarios y enemigos. Claro, el futbol es un super deporte, una pasión añadirían muchos. Entiendo la entrega, el dolor de la derrota, la tristeza por ver perder al equipo, pero en lo personal, sin querer sonar pedante, me parece un tanto infantil, no en el sentido lúdico sino en la necesidad de buscar apego y justificación en algo proyectado.
¡A ver como nos va en la Champions League!